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El ministro de Justicia, , parece tener las horas contadas después de que ayer el exprocurador anticorrupción  asegurara que el interés por saber y ayudar al prófugo Martín Belaunde venía del presidente Ollanta Humala.

Esta afirmación, comentó Salas, se la transmitió la procuradora adjunta anticorrupción, Yeni Vilcatoma, quien solicitó formalmente la renuncia de Figallo ante el despacho de la Presidencia de la República.

Según Salas, Vilcatoma se rebeló ante la reunión que se celebró en el mes de mayo entre ella, Figallo y el asesor de Humala, el abogado Eduardo Roy Gates, quien quería saber cuál era la situación de Belaunde Lossio en el caso “La Centralita”.

Según le comentó Vilcatoma -dijo el exfuncionario- cuando fue llamada por Figallo a su despacho, ella no sabía quién era la persona que acompañaba al ministro y “pensó que era un asesor” del titular de Justicia.

“Comenzó a explicar datos acerca del caso y posteriormente, ya casi al final de la reunión, este señor se identificó ante ella, y es a partir de ahí que, con todos los sucesos posteriores que han habido, ella llega a la conclusión de que había un interés directo del Despacho Presidencial en relación a este caso, y en específico del señor Martín Belaunde”, indicó Salas.

EL DETONANTE. Sin embargo, a pesar de esa primera reunión -en un contexto donde aún no se conocía la visión global de la condición de Belaunde-, el detonante para que la procuradora Vilcatoma pida la renuncia de Figallo, fue una reunión sostenida entre ella, el ministro de Justicia y el procurador Joel Segura (encargado de la Procuraduría).

En este reciente encuentro, Figallo habría pretendido persuadir a los procuradores de que Belaunde Lossio sí podía ser colaborador eficaz.

“El detonante ha sido al parecer una reunión que han sostenido esta semana tanto el ministro, el procurador Joel Segura y ella, donde prácticamente el ministro se ha dedicado a sustentar una posición que permita el acercamiento del señor Belaunde al procedimiento de colaboración eficaz”, afirmó Salas.

Fue debido a esta y a anteriores actitudes de Figallo que la procuradora tomó la decisión de pedir al propio presidente Humala que el actual ministro de Justicia sea apartado, narró Salas.

otra raya. Salas reveló que esta intención de Figallo de proteger a Belaunde Lossio se vio reflejada en la reunión que sostuvo el propio ministro con el fiscal del caso “La Centralita”, Marco Huamán, y su superior, Gustavo Quiroz.

“Es un tema de tremenda inconducta funcional el que un fiscal esté tratando aspectos de fondo y casos que lleva con un representante del Ejecutivo”, precisó.

En ese sentido, consideró que el presidente Humala debe tomar una decisión lo más pronto posible sobre el ministro Figallo.

MUEVE SUS FICHAS. Según fuentes de la Procuraduría Anticorrupción, la mañana de ayer Figallo acudió a esa sede y aseguró la permanencia de los defensores del Estado; incluso habría tratado de apaciguar las aguas.

Sin embargo, por la tarde, la adjunta Vilcatoma solicitó la renuncia de Figallo.

Por ello, inmediatamente, el ministro acudió a Palacio de Gobierno acompañado del procurador encargado, Joel Segura.

Luego de esa conversación, se convocó a una conferencia de prensa en la sede del Minjus. Así, a las 10 y 15 de la noche, los procuradores Segura (Anticorrupción), Sonia Medina (Antidrogas), Julio Galindo (Antiterrorismo) y Julia Príncipe (Lavado de Activos) salieron a negar cualquier intromisión del sector Justicia en sus labores.

Es decir, salieron en defensa de su jefe, convocados a última hora y demostrando, por el contrario, que Figallo puede ponerlos a su servicio a cualquier hora del día.

La cita también sirvió para confirmar que en los siguientes días Segura será el sucesor de Salas con unos pergaminos nada prometedores.

Segura fue mano derecha del exprocurador Julio Arbizu, quien es amigo de Humala y del propio Figallo.

FUE ROY GATES. Más temprano, Figallo había ensayado más excusas en otra conferencia de prensa para asegurar que dichas reuniones -con los fiscales, una, y con Roy Gates y la procuradora, otra- “no eran ocultas”.

Allí admitió que fue el propio asesor de Humala, Roy Gates, quien le pidió una reunión con la procuradora del caso “La Centralita”.

Según arguyó Figallo, el exabogado de Humala en el caso de “Madre Mía” le solicitó información por ser “La Centralita” un caso de importancia.

“Frente a este escenario es que se produce una reunión que el asesor presidencial, Roy Gates, me pide para poder aproximarse al caso, un caso que todavía faltaba evolucionar”, declaró Figallo.

Añadió que “es totalmente natural” que el asesor del Presidente se interese por temas relevantes.

Sin embargo, al ser consultado si en los casos del clan Orellana o “narcoindultos” también pidió reuniones, Figallo reconoció que no.

“Esto se produjo en ese escenario y luego no se produjeron más reuniones de este tipo”, acotó.

Sobre la cita con los fiscales del caso “La Centralita”, negó que hayan hablado del caso de Belaunde.

“El fiscal Huamán me dijo que estaba preocupado por un colaborador eficaz que era muy hostil”, aseguró.

FISCAL LO DESMIENTE. El fiscal supremo Pablo Sánchez desmintió al ministro de Justicia, Daniel Figallo, pues aseguró que él no le pidió que se reúna con los fiscales del caso “La Centralita” en su calidad de encargado de la Fiscalía en ausencia de Carlos Ramos Heredia.

“En una oportunidad, cuando estaba encargado (de la Fiscalía de la Nación) Pablo Sánchez, porque el fiscal Carlos Ramos estaba de viaje, me dice que unos fiscales vinculados a la unidad de víctimas y testigos querían conversar conmigo y era necesario que los reciba”, dijo Figallo ayer a un medio local. “Yo nunca lo llamé. Nos encontramos en un evento académico y lo que le dije era solo para que los procuradores se reúnan con la fiscal de Víctimas de Testigos, nada más”, aseguró Sánchez.