Jose Miguel Castro fue mencionado por Jorge Barata como enlace para el presunto financiamiento a la campaña del No a la revocatoria de Susana Villarán. (Foto: Congreso)
Jose Miguel Castro fue mencionado por Jorge Barata como enlace para el presunto financiamiento a la campaña del No a la revocatoria de Susana Villarán. (Foto: Congreso)

El economista José Miguel Castro Gutiérrez, principal testigo del caso Susana Villarán, cuyo cadáver con un corte en la yugular fue encontrado ayer en un departamento de Miraflores, tenía 36 años cuando se vinculó, en 2010, con los proyectos de la exalcaldesa de Lima.

Antes de ser el brazo de derecho de Villarán y gestor de enormes sobornos, le iba muy bien en el sector privado: gerente en Interbank, consultor del Banco Mundial; también trabajó en Cofide.

Era un colaborar eficaz de la Fiscalía que investiga el caso Lava Jato, y en esa condición vivía desde 2017, alejado radicalmente de su vieja amiga y mentora y de los allegados a esta.

Tenía 51 años cuando, ayer, domingo, a las 10:15 a.m, fue encontrado muerto en el baño de su departamento, en Miraflores, tendido en el piso, la ropa empapada en sangre y un visible corte de cuchillo “a la altura del cuello”, según el minucioso reporte de la Comisaria de Miraflores.

Apodado “Dunian” por los operadores de Odebrecht, Castro Gutiérrez vivía con su padre quien, precisamente, encontró el cadáver hacia las 10:15 a.m del domingo. Dijo a la policía que vió por última vez a su hijo a las 10 de la noche del sábado cuando se fue a dormir.

El padre se llama Julio Castro Gómez un médico y político que fue diputado y sindicalista de Izquierda Unida en la década del 80.

El fiscal Domingo Pérez confirmó en Canal N que el último viernes, 27 de junio, el testigo protegido -ahora muerto- fue a verlo a su oficina en el Ministerio Público para coordinaciones respecto del rol que tendría en el juicio contra Susana Villarán, fijado para el 23 de septiembre.

CRIMEN O SUICIDIO

La nota informativa N° 202501221076 de la Comisaría de Miraflores consigna el hecho como “presunto suicidio” pero en otra parte del documento precisa que el personal policial procedió a aislar “la escena del crimen” a fin salvarguardar los indicios y elementos aprovechables para la investigación.

El primer vehículo que arribó a la casa fue una ambulancia del SAMU con personal paramédico. El jefe del grupo, el técnico Keneth Hernán Encinas Panduro constató la muerte por “corte de cuello de 14 CM. Aprox”.

Llama mucho la atención un detalle que no pasó desapercibido a los policías: una posible manipulación de la cerradura de la puerta del baño.

“(...) de igual forma, personal policial observó que la chapa de los servicios higiénicos, al parecer, habría sido manipulado”, dice el reporte.

La descripción de la escena puede resultar espeluznante.

El cadáver del testigo yacía de espaldas, tendido en el piso del baño: “polo rojo, pantalón plomo con impregnaciones de sangre, a la altura del cuello una toalla color verde, una casaca negra (...)”.

En un lado de la puerta del baño había un cuchillo de cocina con manchas de sangre; cerca a un balde, un cuchillo de pan también con manchas de sangre; y un celular en la entrada del baño.

La policía de criminalística y la fiscalía iniciaron las investigaciones.