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Los integrantes de la Comisión Permanente por Fuerza Popular, Mario Mantilla y Héctor Becerril, defendieron que la lideresa de su agrupación,  haya mantenido reserva sobre los aportes recibidos por empresarios peruanos durante la campaña presidencial del 2011.

“Hemos leído el tuit de la señora Keiko Fujimori donde ella señala que hubo un compromiso de palabra de no revelar esta información para que la empresa que da donativos no tenga represalias durante el gobierno de turno, que es lo que a veces ocurre”, señaló Mantilla en Canal N.

Resaltó que Keiko Fujimori no solicitó el aporte del empresario Dionisio Romero, presidente del Directorio de Credicorp Ltd., quien entregó US$ 3.6 millones a la campaña presidencial, según declaró a la fiscalía.

“Keiko Fujimori mantuvo su reserva, es más, lo que ha señalado el señor Romero [es que] ella no lo pidió, sino que esta ha sido una decisión unilateral del empresariado peruano”, precisó.

Por su parte, Héctor Becerril dijo “valorar la lealtad” de la lideresa de Fuerza Popular al no dar a conocer de los aportes recibidos tras un acuerdo.

“Quiero valorar la lealtad de Keiko Fujimori. Hubo un acuerdo de que esto no se haga conocer a la opinión pública para no tener problemas aquellas empresas que han apoyado en la campaña. A pesar de que ella ha estado en la cárcel y sigue estando en la cárcel, yo quiero valorar esa lealtad”, refirió.

Además, dijo creer “absolutamente en la versión de Keiko Fujimori” y consideró que se le debería consultar a Dionisio Romero “si es verdad que no” hubo un acuerdo para guardar la reserva por temor a represalias.

El presidente del Directorio de Credicorp Ltd., Dionisio Romero Paoletti, reveló al fiscal José Domingo Pérez, miembro del equipo especial Lava Jato, que entregó US$ 3.6 millones a la campaña presidencial de la lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, en el 2011.

El empresario contó que se reunió en seis o siete ocasiones con Fujimori Higuchi y el exministro Jaime Yoshiyama para entregarles el dinero en efectivo. Los encuentros se dieron –según el testimonio de Dionisio Romero- en casa del empresario Martín Pérez Monteverde.