Su complicada situación al interior del gabinete ministerial -que en pocos días solicitará el voto de confianza del Congreso- obligó a Carmen Omonte a poner el tema de su renuncia en cancha del presidente Ollanta Humala.

En la conferencia de prensa en la que se defendió de las denuncias en su contra por concesiones mineras incompatibles con su cargo, así como las contrataciones con el Estado de su exesposo, la ministra aseguró que el único que puede pronunciarse sobre su continuidad o no en el Consejo de Ministros es el Mandatario.

Más tarde, en diálogo con RPP, la ministra sentenció: "Si el presidente Humala me pide que me retire, es una decisión de él".

MUDO. Una hora más tarde, consultado sobre el "escándalo Omonte", Humala evitó hablar sobre el asunto.

Tras inspeccionar las obras de rehabilitación de tuberías de agua potable y alcantarillado en la zona de Sangarará, en Comas, el jefe de Estado se negó a pronunciarse señalando en tono cortante: "Estamos hablando de agua y desagüe", y lo reiteró en dos ocasiones más cuando fue abordado por la prensa.

Humala, acompañado por el ministro de Vivienda, Milton Von Hesse, y el presidente de Sedapal se limitó a explicar las obras realizadas en el marco del proyecto Lima Norte I.

Ante la insistencia de los reporteros sobre el caso Omonte repitió el estribillo: "Estamos hablando de agua y desagüe".

Minutos después, consultado por Canal N sobre la investigación que la Comisión de Ética Parlamentaria realiza sobre la participación de Omonte en la empresa Cementos Amazónicos, Humala dijo brevemente: "hay que escuchar las cosas, ahora estamos avanzando los proyectos de saneamiento", sin agregar más comentarios.

Y es que en el Ejecutivo aún no se ha tomado una determinación sobre la continuidad de Omonte.

Sin embargo, las críticas que el último miércoles realizaron miembros del partido de gobierno contra la también legisladora de Perú Posible, sí provocó la reacción de Palacio de Gobierno.

Fuentes al interior de la bancada de Gana Perú indicaron que tras las declaraciones de los legisladores Sergio Tejada y Ana María Solórzano, quienes coincidieron en señalar que el escándalo suscitado alrededor de Omonte daña al gobierno, desde el despacho presidencial salió la orden de "bajar el tono" sobre las suspicacias en las que se ha visto envuelta la flamante ministra.

MINIMIZA RESPALDO. Entre tanto, Omonte prefirió restar importancia al hecho de que ningún miembro del Gobierno haya salido a respaldarla públicamente en la primera crisis que enfrenta como miembro del Ejecutivo.

Ello pese a que su misma agrupación política, Perú Posible, cuestionó esta falta de apoyo.

"Hasta el día de ayer (miércoles) he despachado normalmente con el Consejo de Ministros, con el Primer Ministro, con el presidente Ollanta Humala (...) El que salga al frente un miembro del Gobierno a apoyarme o a defenderme creo que es secundario", dijo la también congresista en la conferencia que brindó desde un hotel miraflorino.

Ahora bien, aunque Humala evitó pronunciarse públicamente, son cada vez más las voces que señalan que el Gobierno estaría esperando que Omonte dé el primer paso. En este sentido, la titular del Ministerio de la Mujer aseguró que ni Humala ni el premier René Cornejo le han sugerido que dimita al cargo que asumió hace apenas 11 días.

Frente a la prensa, Omonte reiteró que no renunciará al cargo, al considerar que al hacerlo estaría aceptando que "se equivocó" al pensar que la política es servicio y tiene una finalidad altruista.

"No solamente me debo a mí misma, sino a mis hijas y muchísimas mujeres del país, y el mensaje que debo dar es que la defensa de los derechos es una obligación. Y en segundo lugar, sería reconocer que me equivoqué y que la política es vil. Mientras crea en la política, no renunciaré", afirmó.

FACTOR NADINE. Omonte también minimizó las versiones que indican que detrás de una posible campaña en su contra se encuentra la propia Nadine Heredia, supuestamente incomoda luego de que la titular de la Mujer se mostrara a favor de parametrar las funciones de la Primera Dama.

"He recibido información de posibles intenciones de todo ángulo. En vez de analizar el origen de la maquinaria en mi contra prefiero asumir y enfrentar los cuestionamientos. Más allá del nivel de veracidad con la que quieran actuar los que me acusan, mi nivel es responder", sostuvo.

Omonte se reafirmó así en su posición de que ningún integrante del gabinete debe despachar con la Primera Dama.

"Obviamente, los ministros no pueden despachar con ella como Primera Dama ni como cabeza del partido de gobierno, pero sí pueden tener coordinaciones con ella en su calidad de dirigente de un partido, como lo hacen con líderes de otros movimientos", sostuvo.

explicación. De otro lado, la ministra salió al frente de las acusaciones del congresista Carlos Bruce, en el sentido de que ella usó a testaferros para obtener licitaciones mineras.

Aunque dijo que ha solicitado al directorio de la empresa Cementos Amazónicos -donde su exesposo, Luis Dyer, se desempeña como gerente general- explicar la utilización de los esposos Rosendo Ávila y Elsa Balbín en la transferencia de derechos mineros, admitió que no puede asegurar si el consorcio explicará esto.