Entre agosto de 2024 y julio de este año, la presidenta ofreció declaraciones imprecisas que no se ajustan a la verdad o que fueron desmentidas por los involucrados.  (Foto: GEC)
Entre agosto de 2024 y julio de este año, la presidenta ofreció declaraciones imprecisas que no se ajustan a la verdad o que fueron desmentidas por los involucrados. (Foto: GEC)

En su extenso mensaje de cinco horas del 28 de julio del año pasado, la presidenta Dina Boluarte Zegarra expuso una larga lista de anuncios, muchos de los cuales solo se concretaron parcialmente. Y otros se incumplieron por completo.

Más allá de tales promesas, en los últimos 12 meses la gestión de Boluarte estuvo marcada por un rosario de afirmaciones que no se ajustan a la verdad y que denotan que un gran tema pendiente de este gobierno es conjugar sus dichos con los hechos.

Por ejemplo, el 23 de agosto de 2024, en Arequipa, la mandataria sostuvo que su gobierno “destraba los grandes proyectos”. No obstante, la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS) advirtió el año pasado que hay 2,256 obras y proyectos paralizados en nuestro país, por una inversión de aproximadamente 36 mil millones de soles.

Tiempo después, el pasado 22 de noviembre y durante un encuentro con dirigentes e integrantes de ollas comunes de Lima, la jefa de Estado expresó una de sus frases más recordadas... y criticadas: “A veces con hasta 10 solcitos hacemos sopa, segundo y hasta postrecito”.

Tal aseveración fue refutada por especialistas, dirigentes de la sociedad civil, políticos y la ciudadanía en general. Y es que de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INE), en 2024 el costo mensual individual de la canasta básica familiar era de 465 soles; es decir, 15 soles al día por persona.

REFUTACIÓN

“Sí, fui sometida a una intervención quirúrgica. No fue una intervención estética, fue una intervención necesaria e imprescindible para mi salud, por funcionalidad respiratoria”, aseguró la mandataria el último 12 de diciembre, en un mensaje que ofreció rodeada de sus ministros.

Meses después, el 10 de junio de este año, Mario Cabani, quien lideró el equipo médico que operó a Boluarte Zegarra, aseguró en una carta notarial que a la gobernante se le efectuó “varias cirugías estéticas y una funcional”.

Al principio de 2024, el 22 de enero, la presidenta sostuvo desde Davos, Suiza, que el Perú “ha recuperado su tranquilidad política, económica y social”. En contraste, según el Sistema Informático Nacional de Defunciones (Sinadef), en 2024 se registraron 2,011 homicidios, un 34% más que en 2023.

En marzo de este año, en alusión a las diversas investigaciones fiscales en su contra, Dina Boluarte manifestó: “Ya sabemos cómo fabrican a los Frankenstein, esos muñecos no nos causan ni miedo ni cosquilla”.

Aunque nieguen el temor, en agosto de 2024 el Ejecutivo presentó una demanda competencial en el Tribunal Constitucional (TC) contra el Ministerio Público y el Poder Judicial (PJ), para que este aclare si un presidente de la República puede ser investigado en funciones.

En un tema que también tiene relación con su alicaída imagen, en julio pasado la jefa de Estado afirmó que su incremento de salario –a 35,568 soles mensuales– se dio solo para no estar al “margen de la ley” y cumplir “con el programa Servir”.

Sin embargo, el presidente de la Autoridad Nacional del Servicio Civil (Servir), Guillermo Valdivieso, respondió que su institución no participó en la decisión del Ejecutivo de elevar el sueldo presidencial.

Este conjunto de declaraciones evidencia que lo manifestado por Boluarte no siempre –y acaso pocas veces– tienen un correlato con la realidad. El país espera que en su mensaje a la Nación de hoy la presidenta se enfoque en anuncios auténticos –y realistas– antes que enumerar supuestos logros cuyo impacto pocos perciben.