Río Piura vuelve a desbordarse y autoridades lanzan nueva alerta de evacuación
Río Piura vuelve a desbordarse y autoridades lanzan nueva alerta de evacuación

El sector de Pedregal Grande, en Catacaos, volvió a sufrir los embates de la crecida del. La localidad amaneció ayer inundada. Las precarias viviendas y grandes extensiones de campos de cultivo fueron alcanzadas por las turbias aguas del cauce desbordado, lo cual provocó que el Gobierno Regional de Piura lance una alerta de evacuación.

La medida de alerta se extendió a las poblaciones del Medio y Bajo Piura, como Castilla, La Arena, Cura Mori, La Unión y Catacaos, pues el Proyecto Especial Chira-Piura advirtió de un importante nuevo aumento del caudal.Esta información fue corroborada por el vocero del Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (), general EP Jorge Chávez, quien comunicó que el mencionado cauce alcanzaría un elevado nivel el día de ayer.

De acuerdo con el Proyecto Especial Chira-Piura, se estimaba que el río Piura alcance el viernes un máximo de 2600 metros cúbicos por segundo. La inminente crecida obligó a los pobladores a evacuar los caseríos ubicados en Catacaos y Cura Mori. Según las autoridades de estos distritos, se esperaba poner a salvo a 35,000 y 9000 personas, respectivamente. Sin embargo, salir de la zona de desbordes no garantiza que su situación vaya a mejorar. 

El drama de los evacuados. El sector Jesús de Nazareth, en las afueras de Cura Mori, está en medio de un desierto poblado de algarrobos. No hay agua ni luz ni nada alrededor, pero desde el pasado lunes alberga a decenas de familias que vieron inundadas sus casas y propiedades por el desborde del río Piura.

Ayer por la mañana, un helicóptero Mi-17 de la Fuerza Aérea del Perú (FAP) llegó hasta el lugar con las primeras raciones de agua y alimentos para los refugiados. Sin embargo, les hace falta carpas, más comida, cobertores para la lluvia, atención médica y facilidades para trasladar lo poco que les quedaba a hacia un lugar seguro.Al descender en ese inhóspito lugar a escasos minutos de vuelo del Grupo Aéreo N° 7 de Piura, al cual es muy difícil llegar por carretera, lo primero que hizo Correo fue preguntarles por qué no acuden a uno de los seis refugios instalados en el casco urbano de la ciudad, donde hay alojamiento y alimentos garantizados.

La respuesta que nos dieron los pobladores es que no pueden irse a Piura, porque parte de sus familias se han quedado en sus propiedades, a fin de evitar que les roben lo poco que les queda tras la inundación, que alcanzó el metro y medio de altura. “Apenas pasó el agua se llevaron la calamina de mi techo”, dijo José Chipana Dioses.

Este drama también lo viven los pobladores de los sectores Eleuterio Cisneros, 26 de Noviembre y San Martín, en Cura Mori, cuyos habitantes han perdido todo. Por eso tuvieron que desplazarse a la zona elevada de Jesús de Nazareth, en espera de recibir la ayuda humanitaria que reparten en la zona los helicópteros de las Fuerzas Armadas.

Falta asistencia médica. Otro de los reclamos de los refugiados de Jesús de Nazareth es la presencia de médicos, pues especialmente los niños están padeciendo males respiratorios y afecciones a la piel por la falta de aseo y la presencia de insectos.

Flor Morales Yamunaqué, madre de seis hijos, dijo que la menor de sus pequeñas, de tres meses de nacida, tiene irritaciones en la piel. “También necesitamos agua limpia para los alimentos de los niños”, dijo la mujer que se quedó sin casa y perdió la pequeña chacra que tenía alrededor.El teniente gobernador del sector de Eleuterio Cisneros, Juan Carlos Silupú, señaló a Correo que la lluvia de la noche del jueves en parte de la región Piura les hizo pasar penurias, por lo que pidió el envío de carpas para afrontar las precipitaciones anunciadas para las próximas horas. Mucha gente duerme a la intemperie.

“No hay alimentos, agua, no hay electricidad”, dijo el dirigente que pidió a las autoridades que les brinden las condiciones mínimas para poder permanecer en el lugar, al menos hasta que el nivel de las aguas baje y puedan volver a sus casas.

Zacarías Vílchez, de la zona llamada 26 de Noviembre, dijo que el lugar que habitaban hasta el día del desborde se ha convertido hoy en un foco de infecciones, pues las aguas del río se mezclan con aquella que provenía de las redes del desagüe. “El olor es nauseabundo, pese a ello parte de nuestras familias continúan ahí”, añadió.El temor de las personas es que en las próximas horas haya una nueva crecida del río y se prolongue la inundación de sus casas de material rústico y adobe, lo que podría causar el colapso de las mismas.

Lluvias seguirán. Para agravar la situación de emergencia, se han pronosticado más precipitaciones en la costa norte. El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) informó ayer que desde el domingo 2 hasta la madrugada del martes 4 de abril se registrarán lluvias de moderada a fuerte intensidad en las regiones de Tumbes, Piura y Lambayeque.

Indicó que estas precipitaciones se presentarán durante la tarde y noche, y estarán acompañadas de descargas eléctricas y ráfagas de viento. Las zonas donde las lluvias alcanzarán el nivel 4 (el máximo en la escala del Senamhi) son Tumbes y el norte de Piura. La entidad meteorológica ha instado a la población a tomar las precauciones del caso para evitar la pérdida de vidas humanas. 

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