El Congreso de la República modificará su composición después de 30 años. Tras las Elecciones Generales 2026, se reestablecerá la bicameralidad. Los ciudadanos elegirán tanto al Senado como a la Cámara de Diputados.
En ese contexto, hace unos días se oficializó el reglamento del Senado, el cual establece sus competencias en la elección, designación, ratificación y remoción de altos funcionarios del Estado.
Prerrogativas
De acuerdo con el artículo 10, los 60 senadores estarán encargados de elegir a los magistrados del Tribunal Constitucional (TC), así como a los titulares de la Defensoría del Pueblo y de la Contraloría General.
También ratificarán la designación del presidente del Banco Central de Reserva (BCR) y elegirán a tres directores de esa entidad, además de poder removerlos de sus cargos. Lo mismo podrán hacer con los magistrados de la Junta Nacional de Justicia (JNJ).
Para ello, el Senado contará con la Comisión de Procedimientos Especiales.
Este “órgano parlamentario tiene como atribución el desarrollo e instrucción, antes de ser visto por el Pleno del Senado, del procedimiento de elección, designación o ratificación” de los citados funcionarios.
Asimismo, la instancia albergará a una Comisión de Ética Parlamentaria y una Comisión de Inteligencia.
Alcances
Para el constitucionalista Aníbal Quiroga, algunas funciones del próximo Senado no son totalmente nuevas.
En declaraciones a Correo, recordó que el Congreso unicameral cuenta, actualmente, con la Comisión Permanente. Esta ya cumple funciones similares, como la elección del contralor o emitir decisiones sobre acusaciones constitucionales.
Según la ONPE, 30 senadores serán elegidos por Distrito Electoral Único Nacional, mientras que los restantes por el Distrito Electoral Múltiple, el que se realizará en 27 circunscripciones electorales.
“Se elegirá a la mitad por departamentos y a la otra mitad en todo el país. Es una representación codificada. Si se le han dado las citadas responsabilidades (al Senado), mejor. Cuando eliges a un magistrado del TC en un Congreso de 130 miembros, por ejemplo, es muy difícil lograr consenso”, resaltó Quiroga.
El letrado recordó que el último Senado también tenía competencias importantes, como la ratificación de generales y embajadores. En ese sentido, remarcó que la responsabilidad recaerá en los ciudadanos, quienes deberán definir con su voto la composición de este órgano.
“Algunas personas dicen que el Senado va a concentrar mucho poder, pero no es así (…) El problema no es si tiene pocas o muchas funciones, sino a quién elegimos como senadores. El poder está en el voto; lo que se tiene que hacer es votar por los mejores para que lo conformen”, subrayó.
Nombramiento
Por otro lado, el también constitucionalista Lucas Ghersi señaló que la distribución de funciones entre las cámaras de senadores y diputados “va a permitir que los funcionarios sean nombrados con mayor rapidez”.
Recordó que, en los últimos años, el Parlamento unicameral enfrentó reiteradas demoras en estos procesos.
“Ha habido casos muy graves en los que debían elegir funcionarios y el Congreso demoraba años, dejando cargos con funcionarios interinos y dañando la institucionalidad”, mencionó a este diario.
Sobre la capacidad de decisión que tendrá el Senado en nombramientos trascendentes, explicó que esto no implica otorgar más facultades de las que el Legislativo ya posee, sino redistribuirlas en una cámara más pequeña.
“No es que se le esté dando más poder al Congreso del que ya tiene ahora, es el mismo con el que ya cuenta. En vez de ser el Congreso Unicameral, va a ser el Senado, que es más pequeño. Las decisiones se van a poder tomar con mayor rapidez y, seguramente, con más debate”, puntualizó en conversación con Correo.





