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es una conocida militante de izquierda, ex brazo derecho de Susana Villarán y activista de los derechos de los homosexuales. Tiene entre sus antecedentes el haber sido secretaria general del Partido Socialista y hace poco alternó en el Frente Amplio, de Verónika Mendoza. De su salida de este conglomerado y de su decepción de la actual izquierda habla en esta entrevista.

¿Por qué no llegó a calar en el Frente Amplio de Verónika Mendoza? 

Mi partido me pide que postule en nombre de Fuerza Social porque tenía un capital político que podía servir, pero yo no quería porque sabía que había anticuerpos contra mí en el Frente Amplio. Sin embargo, acepté disciplinadamente.

Sé que hubo un dirigente de Tierra y Libertad que no la quiso en el Frente... 

Claro, y nadie hizo ni dijo nada. Entonces, yo no tenía garantías para continuar con ese proceso, que para mí es completamente irregular, muy irregular.

¿Habló con Verónika Mendoza al respecto? 

Nunca en mi vida he hablado con ella, solo la he saludado dos veces.

Entonces, ella permitió que la maltraten al no escucharla... 

Me imagino. En realidad, yo nunca recibí ninguna llamada ni nada de ella ni de ningún dirigente al respecto. Lamentablemente, hay una falta de tolerancia a la crítica allí. Uno dice algo en contra de ellos y “¡blum!” viene un apanado siempre. Uno ya no puede opinar diferente.

¿Por qué cree que la trataban así? 

Por ser crítica. Me decían que hablé mal de Verónika Mendoza al afirmar que era fundamentalista, que además no presentó ningún proyecto para la comunidad LGTB y ahora es la abanderada. Yo tengo que pasar por la vergüenza y decir que en el Perú fue la derecha la que presentó el proyecto, porque lo firmaron los apristas y (Carlos) Bruce. Ellos no soportan críticas.

¿No ha pensado en retomar conversaciones tal vez en el futuro? 

Que hagan lo que quieran con sus vidas; yo crucé el río. Ellos no me quieren y yo tampoco estoy enferma para estar en un sitio donde me desprecian, porque su trato ha sido muy hostil contra mí por haber dicho las cosas que yo pienso.

El trasfondo del maltrato a usted no es la posibilidad de que le hubiera ganado a Verónika en las internas…

Ellos dicen que me salí porque no quería postular en las internas, pero es mentira. A mí me hubiera encantado ganarle, porque como era una votación abierta, yo podía convocar gente.

“Nano” Guerra García ha mandado a los políticos al carajo. ¿La izquierda sigue ese camino? 

Creo que es un proyecto agotado, que tiene que refundarse, porque no logra hacer carne con el pueblo. La gente no se identifica con ellos.

¿Cree que Democracia Directa representa a un sector de la izquierda? 

El señor Andrés Alcántara ha sido criticado por usar a los fonavistas... Ellos no representan nada. Los hermanos Alcántara han hecho dinero a costa de los adultos mayores, de sus esperanzas. Lo que van a recuperar esas personas es menos de lo que han pagado en rifas, aportes y cuotas que han tenido que dar. Nunca me hubiera juntado con ellos. Además, promovieron la revocatoria a Susana Villarán.

¿Cree que los intelectuales de izquierda, como Sinesio López, son muy teóricos y se alejan de la realidad? 

Creo que tienen un bagaje muy importante, pero es lejano al lenguaje popular. Yo trabajo en Los Olivos, que es un distrito de 360 mil habitantes, y el lenguaje que usan estos intelectuales no tiene ninguna relación con la realidad de la Lima emergente, por ejemplo. Sus análisis pueden tener una base teórica muy importante, pero la gente no los entiende, no los comparte y ni siquiera los reconoce. No tienen relación ni enganche con las mayorías.

¿La sensibilidad social que preconizan en la práctica se ha vuelto un engaño? 

Ahora buscan votos, pero se han olvidado de la gente… Claro, por ejemplo, va a ser interesante analizar los votos de Marco Arana y del partido con el que va Gregorio Santos en Cajamarca. En el Cusco se verá cuántos votos tiene Verónika Mendoza, porque su base es allá. Ahí se verá cuál de los proyectos, como los de Vladimir Cerrón, Gregorio Santos y Verónika Mendoza, tiene más contactos con la realidad y la demanda de la gente.

Entonces, ese compromiso social ya no cala en la gente como antes... 

Es que nadie te cree que luchas si es que no la luchas con ellos. ¿Verónika qué luchas ha tenido épicas? ¿La “Ley Pulpín”? La gente te cree cuando tú eres parte de esa lucha.

¿Usted dijo que ellos se creen los abanderados de la moral cuando no la tienen? 

Ahora todo el mundo critica que pongas como candidatos al Congreso a personajes de televisión. Se rasgan tanto las vestiduras por esas personas y la Constitución dice que cualquier persona que tenga DNI puede postular. Por eso los critico: por esa superioridad moral que tienen que ir los preparados, los buenos, los puros y la gente normal, cuando no lo son.

Usted ha dicho que la izquierda es como una lavadora centrífuga. ¿Por qué? 

La izquierda es un movimiento donde entras y te bota para los lados. Es un modelo agotado de partido y de organización que hace que la gente se aleje y no se acomode. Creo que le falta más horizontalidad en la toma de decisiones, porque solo un grupito de dirigentes sigue manejando las decisiones importantes.

Si ellos no son la verdadera izquierda, ¿qué son? Son agrupaciones que han perdido contacto con el pueblo. Otro tema de la izquierda es que no hay recambio generacional. Desde la época de (Javier) Diez Canseco han salido solo Verónika Mendoza y Marisa Glave.

¿Verónika depende de Tierra y Dignidad (TyD)? 

Sembrar (grupo de Verónika) es un partido pequeñito en el que sus militantes son miembros de un grupo que se fue de Tierra y Dignidad. Antes eran el Movimiento por el Poder Popular (MPP). Mira qué gracioso: Sembrar, al final, tiene influencia en Tierra y Dignidad.

TyD en algún momento la acusó de autoritaria. ¿Se siente así? 

No, pero cuando yo ordeno una calle, un mercado y un distrito, los vecinos lo aprecian muchísimo. Entonces ¿quién está del lado de la realidad? Cuando uno pasa por la Av. Huandoy, puede usar los tres carriles. Antes el mercado ocupaba dos carriles de la pista, ahora la gente tiene orden y fluyen los carros. Y te roban menos porque no hay congestionamiento. La gente quiere eso.

¿Por qué no prosperó lo de PPK? 

A mí me llamó Fernando Rospigliosi y hablé con él en el Instituto País. Al interior de su Comisión Política no querían. Me imagino que como soy de izquierda tal vez iba a votar por algunas cosas en contra de sus propuestas.

¿Qué otro partido la llamó? 

Orden, de Ántero Flores- Aráoz. Los del APRA me mandaron mensajes indirectos para reunirme con Jorge del Castillo. Fue un grupo de gente, pero no prosperó. Los últimos fueron Democracia Directa, pero no los mandé al diablo porque el que me llamó fue un amigo y él me dijo que estaba con ellos, pero para mí esos son unos delincuentes.

¿Cómo puede unirse la izquierda? ¿Cuál es su receta? 

Una manera de gobernar distinto es haciendo asambleas vecinales, para luego autoconvocarlas para recuperar Lima. El objetivo, ahora que hay un montón de gente progresista que aprecia la cultura, la democratización de los servicios y la igualdad de oportunidad, es llegar a Lima y volver a gobernarla.

¿Se preparará para llegar a Palacio, como lo manifestó una vez? 

Todo político quiere ser presidente, como todo cantante quiere ser estrella de rock y todo periodista quiere ganar el Pulitzer. Yo quiero gobernar la ciudad y el país. Todo político lo quiere; el que te diga que no es un mentiroso o, si no, no es buen político, porque no tiene vocación de poder.

¿Siente que podrá representar a la gente en una próxima elección presidencial con la izquierda que conoce ahora? 

Es que esta no es la izquierda, la izquierda es del pueblo que quiere igualdad de oportunidades.

¿Pero su futuro político en los próximos años será Palacio o la Municipalidad de Lima? 

Ahora estoy trabajando en la Municipalidad de Los Olivos y tenemos que recuperar Lima de este ineficiente alcalde que se ocupa de pintar todo de amarillo. Pero sí: me gustaría competir por la alcaldía de Lima.