Además de incendiar la comisaría de Puno, por la noche las turbas incendiaron la sede del Poder Judicial de Juli (Puno)
Además de incendiar la comisaría de Puno, por la noche las turbas incendiaron la sede del Poder Judicial de Juli (Puno)

El vandalismo se concentró ayer en la ciudad de Juli, capital de la provincia de Chucuito, en la región Puno.

MIRA: B

Un turba atacó el local de la Comisaría PNP de la zona y la incendió luego de un asedio de casi dos horas.

Los tres pisos del local quedaron calcinados y humeantes. El personal policial prefirió no disparar y abandonó el edificio para refugiarse en la Villa Militar de Juli.

Hasta el cierre de esta edición, la Red de Salud del Minsa reportó un civil herido de bala en el brazo y otros seis con contusiones.

Se supo que los actos vandálicos iniciaron desde el mediodía con el refuerzo de manifestantes aimaras que llegaron a la zona desde Ilave.


CONTUSOS

. La Red de Salud Chucuito reportó como heridos a Julia Mamani Anchapúri, 62 años (herida contusa pie derecho); Sofía Montura Llanqui,42 años (herida contusa en la cabeza); 3. Mauro Córdova Callacondo, 47 (herida contusa en la frente); 4.Pastor Calamullo Ticona, 48 (herido de bala en brazo derecho); 5. Sabino Fernández, 73 (herida contusa pierna izquierda); 6. JWGC, 13 (intoxicación por gas lacrimógeno); y 7. Henry Luis Quino Atencio, 20 (intoxicación gas lacrimógeno).


ATAQUE A LA MARINA

Una hora antes, la misma turba intentó, infructuosamente, tomar la Base de la Marina de Guerra afincada en Juli.

Los cabecillas de los atacantes de alguna manera tenían a sus seguidores convencidos de la necesidad de expulsar “del territorio de Puno” a los contingentes militares y policiales, como si éstos fuesen enemigos extranjeros.

Pretendieron incendiar la instalación militar. El contingente naval los disuadió con nutridos disparos al aire. Viéndose impotentes, la turba retrocedió y abandonó el objetivo, encaminándose hacia el local policial, con los resultado ya narrados.

Este sector de la población de Puno ha mostrado ser el más recalcitrante en sus pretensiones políticas contra el Gobierno de Boluarte.

TAMBIÉN:

CONTRAPUNTO

Al atardecer, en la ciudad de Puno, capital de la región, se desarrolló una escena singular.

La Plaza Mayor de la ciudad fue teatro de dos manifestaciones paralelas pero contrapuestas.

Un primer grupo reunía a la población que respalda la reactivación económica de la región, exigiendo el cese de los bloqueos de vías y las movilizaciones destructivas.

El grupo de enfrente exigía la renuncia de la presidenta Dina Boluarte, el cierre del Congreso y su reemplazo por una asamblea constituyente, y la restitución del procesado Pedro Castillo en la presidencia del país.

En medio de ambos conglomerados se situó un fuerte contingente de la Policía Nacional, muy bien pertrechada, para prevenir enfrentamientos entre los manifestantes.

Estas dos facciones demostraron que la ciudadanía de la región Puno no respalda de manera unánime los actos de violencia y la parálisis de la economía.