Una situación de caos, violencia y desgobierno se experimentaron ayer en diversos puntos del país, incluso en la propia capital, por el paro de transportistas convocado contra el alza del combustible y la canasta básica familiar.

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Sin embargo, mientras el Perú ardía, el presidente Pedro Castillo, ajeno a toda crisis, inauguró los nuevos ambientes de un colegio en San Juan de Lurigancho para niños con habilidades especiales: La Institución Educativa Prite Canto Grande.

Desde dicho acto oficial, lo único que dijo el jefe de Estado respecto a la actual coyuntura -apelando de nuevo a una retórica para victimizarse- fue: “Muchos años este país ha sido conducido por grandes expertos políticos, yo pido que nos dejen trabajar. De los 200 años de vida republicana denle la oportunidad a un maestro por cinco años”.

DESMANES

El caos comenzó desde tempranas horas, con un total de 84 vías bloqueadas en todo el territorio nacional. Ocurrió en zonas de la Carretera Central, Panamericana Sur y Panamericana Norte, de acuerdo con información de la Superintendencia de Transporte Terrestre de Personas, Carga y Mercancías (Sutran), Provías Nacional y la Policía Nacional del Perú (PNP).

Los manifestantes exigieron la reducción de los precios del combustible, alimentos, peajes y exonerar el Impuesto General a las Ventas (IGV) al transporte turístico y escolar.

Asimismo, exigían reglamentar la ley de formalización de autos colectivos, la condonación de multas y detener los “abusos” de la Sutran.

Estos eran, por lo menos, las exigencias de la Unión de Gremios de Transporte Multimodal del Perú (Ugtranm), que en la víspera convocó al paro que se extenderá hasta hoy.

VIOLENCIA.

Las protestas en Lima se dieron -entre otros puntos- en lugares como Huaycán, Manchay, Chorrillos, Chosica, San Juan de Miraflores, Villa El Salvador, Santa Clara e, incluso, en La Victoria.

En algunos lugares se produjeron los enfrentamientos entre policías y manifestantes, intentos de saqueos, robos y varias detenciones policiales.

La impaciencia hizo que algunos transportistas hallaran responsable al presidente Pedro Castillo de todo el caos generado, a quien no dudaron en culpar de las posibles muertes que deje el paro nacional: “Cada muerto que haya en Manchay, yo lo hago responsable al presidente, al ministro del Interior y al jefe de la Policía”, exclamó un transportista.

Más de un vídeo reportado en Twitter -y en algunos medios de comunicación- evidenciaron el saqueo de negocios y mercados en Villa El Salvador y San Juan de Miraflores. En este último distrito, los comerciantes de Ciudad de Dios evitaron otros robos y cerraron a tiempo sus puestos de venta.

En Gamarra (La Victoria) la situación fue distinta. Allí hubo un intento de saqueo, al igual que en el mercado San Genaro (Chorrillos). Sin embargo, no pasó a mayores.

Por la tarde se viralizaron algunos vídeos en los que los protestantes destruyeron las ventanas y los espejos de las unidades de transporte que no cumplieron la paralización. Los choferes, asimismo, se vieron obligados a bajar a sus pasajeros.

Esta situación obligó al Ejecutivo a reaccionar. El ministro de Defensa, José Gavidia, se trasladó hasta el kilómetro 13 de la Carretera Central para tratar de calmar los ánimos, pero ante su impaciencia tuvo un careo con los manifestantes.

En el lugar que explotó de explicar que el Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) ya fue suspendido y que no habían razones para la protesta.

En respuesta, los manifestantes le dijeron que no era cierto, que los precios del combustible no se redujeron. Entonces, lo retaron a que vaya a un grifo cercano.

Acompañado de los transportistas, Gavidia se trasladó al lugar y comprobó que los precios continuaban elevados. Recién, entonces, prometió tomar acciones.

El paro no estuvo libre de vandalismo. Aproximadamente a las 11 de la mañana, transportistas de Ate atacaron un vehículo en el que una mujer se trasladaba para contraer matrimonio. Las lunas del auto quedaron destrozadas y la mujer sufrieron ligeros cortes.

Pero este no fue el único caso. David Hernández, director de Operaciones de la Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU), detectó que estos mismos ataques se produjeron en autobuses que transitaban en Huaycán, Ceres y en San Juan de Lurigancho.

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MÁS CAOS

En las regiones la situación también fue álgida. En Ica, una turba de unas 100 personas quemó módulos de peaje en el kilómetro 273 de la Panamericana Sur, en la zona conocida como Barrio Chino.

La Policía se dirigió al lugar para resguardar la zona, pero las llamas habían consumido las garitas.

En la Panamericana Norte, a la altura del distrito de Végueta, provincia de Huaura, se reportó el deceso de una persona en una ambulancia. El paciente fue trasladado de emergencia a un hospital, pero el vehículo quedó atrapado por el bloqueo de vías.

En Huánuco los enfrentamientos entre manifestantes y policías dejaron como saldo a una persona con graves heridas. En Lambayeque los transportistas también acataron el paro. Quemaron llantas y bloquearon la vía que une Chiclayo con Pomalca.

En La Libertad, Piura, Arequipa y en Cusco la situación fue similar.

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