Yeni Vilcatoma, la “reina” de las denuncias constitucionales
Yeni Vilcatoma, la “reina” de las denuncias constitucionales

Fue Daniel Figallo, el caballeroso ministro de Justicia de , el primer escalón en la carrera política de .

Había saltado desde una universidad de Huancayo a una fiscalía adjunta y después a una procuraduría adjunta anticorrupción en Lima. En diciembre del 2014, cuando nadie dudaba en el Perú que  sería la próxima presidenta del país, Vilcatoma comenzó a construir su propio relato sobre la corrupción y, como Don Quijote, se lanzó a la arena política a deshacer entuertos.

El gobierno de Humala, su ministro de Justicia y el empresario Martín Belaunde Lossio resultaron la combinación perfecta de la que emergió Vilcatoma como heroína anticorrupción.

Poco después vendría la acogida entusiasta de Keiko Fujimori y su elección como congresista por Fuerza Popular. Fue la parlamentaria más votada después de Mercedes Aráoz y Cecilia Chacón.

A estas alturas del camino, cercano al tercer año, encontramos a Vilcatoma como la legisladora más productiva en denuncias constitucionales, no siempre adecuadamente sustentadas, contra los más altos funcionarios del Estado. Más de una docena en los últimos meses (ver infografía), sin contar las denuncias contra colegas de su propia bancada (Úrsula Letona y Héctor Becerril), y ahora contra el ministro de Justicia, , cuya interpelación ha impulsado.

La tercera vicepresidencia del Congreso, según observadores, destaca además por su estilo flamígero, sin matices, una vehemencia casi mística. “No soy una gatita”, reconoce.

Correo pidió al psicoanalista Moisés Lemlij y al analista político José Carlos Requena perfilar la peculiaridad de Vilcatoma. Ambos aceptaron hacer solo un trazo de su perfil público.

Asombra menos a Lemlij la sobreabundancia de denuncias que la prontitud con que son acogidas. “El problema no es que alguien empiece a disparar como mono con metralleta. Lo que sorprende es que acaban teniendo éxito con la gente que acoge eso”, manifestó el experto.

“A mí, eso es algo que me llama la atención. Es que una cosa así de absurda acaba siendo acogida, aprobada, procesada por todos sus colegas. El problema no es ella. El problema es por qué la gente sensata recoge propuestas insensatas”, añadió.

“Si usted se da cuenta, eso está pasando no solo con esta congresista en particular. Las propuestas más insensatas siempre terminan teniendo eco”, dijo.

Lemlij remata diciendo: "Esto termina en un gran chiste, donde es difícil separar lo cuerdo de lo loco, lo inteligente de lo idiota. Se pierden los límites entre la sensatez y la estupidez. Es problema de aquellos que recogen la basura y la transforman en algo peor".

A juicio de Requena, Vilcatoma intenta construir una reputación de heroína contra la corrupción, por lo que se siente obligada a recurrir “a este tipo de recursos”.

Sin embargo, prosigue el analista, “no es una política, en mi opinión, que destaque por algo más que esas denuncias”.

“Sería bueno -precisa-, que varíe su agenda. En términos concretos, no ha mostrado algún resultado tangible en la lucha contra la corrupción”.

Requena muestra, a manera de ejemplo, el rol anticorrupción que desempeñó Fernando “Popy” Olivera a fines de los 90 contra el duro régimen del presidente Alberto Fujimori.

“Fue quien mostró los ‘vladivideos’, por ejemplo. Algo similar no ha logrado Vilcatoma. Todavía no ha mostrado algo valedero en la lucha contra la corrupción”, remarca.

Mirando hacia adelante, dice Requena, la incursión política de Vilcatoma “quizá sea una suerte de debut y despedida”.