Aunque se asocia a la vejez, la artrosis también puede aparecer en personas jóvenes, sobre todo en mujeres y deportistas. Conoce sus factores de riesgo y las medidas para evitarla.
Aunque se asocia a la vejez, la artrosis también puede aparecer en personas jóvenes, sobre todo en mujeres y deportistas. Conoce sus factores de riesgo y las medidas para evitarla.

La artrosis no es una condición exclusiva de la tercera edad. Según especialistas, también puede afectar a personas jóvenes, en especial a mujeres y deportistas que realizan actividades con alta exigencia en las rodillas. Una de sus formas más comunes es la condromalacia de la rótula —desgaste entre la rótula y el fémur— que impacta entre el 6% y 7% de adolescentes y jóvenes, particularmente en quienes practican atletismo, realizan sentadillas frecuentes o tienen trabajos que implican flexión repetitiva de las rodillas (Rathleff, Collins 2025).

Esta enfermedad degenerativa compromete el cartílago y tejidos vecinos en una articulación y, en casos avanzados, puede causar invalidez. “Dolor persistente en rodillas, caderas o manos, rigidez matutina o crujidos articulares pueden ser signos de alerta, incluso en pacientes jóvenes”, advierte el Dr. Héctor Quevedo Solidoro, reumatólogo de la Clínica Stella Maris.

Factores de riesgo

  • Sobrepeso y obesidad: generan sobrecarga en rodillas y caderas.
  • Lesiones articulares mal tratadas.
  • Predisposición genética: tener familiares con artrosis eleva el riesgo.
  • Deportes de alto impacto sin técnica adecuada o sin supervisión profesional.

Prevención y tratamiento

Detectar la artrosis de forma temprana es clave. En el caso de la condromalacia rotuliana, la resonancia magnética nuclear es el procedimiento de elección para su diagnóstico. Los especialistas recomiendan mantener un peso saludable y realizar ejercicios para fortalecer aductores, rotadores externos y cuádriceps durante al menos tres meses, cuyos beneficios se mantienen en el tiempo (Willy et al., 2019).

En cuanto al tratamiento del dolor, se aconsejan cursos cortos de antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) en dosis bajas y por el menor tiempo posible. “Las decisiones que tomamos en juventud sobre nuestra actividad física, peso y atención médica ante lesiones tienen un impacto directo en la salud articular futura”, concluye el Dr. Quevedo.