El asma afecta a más de 260 millones de personas en el mundo y es una de las principales causas de discapacidad. Expertos alertan sobre su subdiagnóstico y la necesidad de un tratamiento adecuado y constante.
El asma afecta a más de 260 millones de personas en el mundo y es una de las principales causas de discapacidad. Expertos alertan sobre su subdiagnóstico y la necesidad de un tratamiento adecuado y constante.

El asma es una enfermedad crónica respiratoria que afecta a 262 millones de personas en el mundo y que, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), provocó 455.000 muertes en 2019. Se caracteriza por la inflamación de las vías respiratorias y se manifiesta con síntomas como tos persistente, sibilancias y dificultad para respirar.

En América Latina, la carga de esta enfermedad varía ampliamente. De una población regional estimada en 600 millones de personas, al menos 40 millones padecen asma, siendo muchos casos subdiagnosticados o mal tratados, lo que agrava los riesgos y las complicaciones.

La doctora Consuelo Rodríguez, inmunóloga clínica, señala que el impacto del asma puede ser muy distinto según el caso:

“Para algunos, es una molestia menor, pero para otros puede representar un serio obstáculo para sus actividades diarias y una amenaza potencial para la vida durante las crisis”, advierte.

¿Qué ocurre durante una crisis asmática?

Rodríguez explica que durante una crisis, las vías respiratorias se estrechan debido a tres factores: contracción de los músculos (broncoespasmo), inflamación de la pared bronquial y acumulación de mucosidad.

“Estos cambios dificultan el paso del aire y provocan sensación de opresión, ahogo e incluso pánico”, señala.

Factores desencadenantes y condiciones ambientales

El asma puede empeorar por múltiples razones: ejercicio físico intenso, infecciones respiratorias, alérgenos como el polen o esporas de moho, bajas temperaturas, humedad, hacinamiento y mala ventilación en los hogares. A pesar de ello, un paciente con tratamiento adecuado puede llevar una vida activa y realizar deporte sin problemas.

Tipos de asma

Según la Clínica Mayo, el asma se clasifica en cuatro categorías:

  1. Asma intermitente y leve: síntomas hasta 2 veces por semana y 2 noches por mes.
  2. Asma persistente y leve: síntomas más de 2 veces por semana, pero no diarios.
  3. Asma persistente y moderada: síntomas diarios y más de una noche a la semana.
  4. Asma persistente y severa: síntomas durante todo el día y todas las noches.

Prevención y tratamiento

Aunque el asma no tiene cura, sus síntomas pueden ser controlados. La clave está en la prevención, control constante y uso correcto de la medicación inhalada, sostiene la doctora Rodríguez. También es esencial que los pacientes identifiquen sus desencadenantes ambientales o alimenticios para poder evitarlos.

En cuanto a sus efectos a largo plazo, el asma no controlada puede generar daño pulmonar, alteraciones del sueño, complicaciones durante el embarazo, mayor riesgo de infecciones como neumonía, y exacerbaciones que requieren atención médica de emergencia.

La especialista resalta la importancia de educar a los pacientes y al entorno familiar, así como asegurar el acceso a tratamientos adecuados para reducir la carga de la enfermedad.

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