Las largas jornadas laborales y el trabajo híbrido o remoto pueden derivar en desequilibrios alimenticios.
Las largas jornadas laborales y el trabajo híbrido o remoto pueden derivar en desequilibrios alimenticios.

Las extensas horas frente al ordenador, el estrés y la tentación de recurrir a comidas rápidas no saludables pueden generar un círculo vicioso de malnutrición y baja energía. De acuerdo con el especialista Renzo Quevedo, docente de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad Tecnológica del Perú (UTP), el consumo frecuente de alimentos ultraprocesados, el exceso de cafeína o incluso saltarse comidas perjudican no solo la concentración, sino también la salud integral a largo plazo.

Para contrarrestar estos problemas, Quevedo sugiere una organización inteligente de las comidas y la priorización de alimentos ricos en proteínas y grasas saludables, como frutos secos, yogur griego y huevos duros, ideales para evitar picos de glucosa. Destaca también la importancia de la hidratación constante, ya que la deshidratación leve reduce la claridad mental y puede ocasionar irritabilidad.

Además, propone sustituir el café por té verde o infusiones sin cafeína, así como optar por frutas frescas en lugar de azúcares refinados. Un aspecto clave es la planificación de comidas balanceadas, que incluyan proteínas magras, carbohidratos complejos y grasas saludables. El descanso adecuado, según explica, previene la dependencia de café y de la comida rápida, generando un equilibrio diario sostenible.

Para cerrar la jornada, recomienda un plato que combine proteínas con carbohidratos complejos y vegetales o frutas, como un smoothie de espinacas y plátano, rico en magnesio y potasio, nutrientes que ayudan a relajar músculos y mente. Asimismo, indica la conveniencia de acudir a un nutricionista en casos de desórdenes alimenticios recurrentes o condiciones médicas que requieran planes de alimentación personalizados.

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