La crianza puede ser una experiencia llena de aprendizaje y amor, pero también puede convertirse en un desafío emocional que sobrepasa a quienes la afrontan día a día. Esta condición, conocida como burnout parental, se ha vuelto cada vez más frecuente y afecta directamente el bienestar de las familias.
Según Alessandra Cifuentes, directora y psicóloga del Centro Psicológico Integral Libre, este síndrome aparece cuando las exigencias del rol superan los recursos emocionales disponibles para afrontarlo.
“No es un signo de debilidad ni de falta de amor. Es una señal de que estamos llegando a un punto de quiebre y necesitamos apoyo para enfrentarlo”, enfatiza.
El agotamiento se incrementa cuando confluyen múltiples responsabilidades: trabajo, crianza, relaciones de pareja y cuidados de otros familiares.
Síntomas de alerta del burnout parental
Algunas señales que indican riesgo emocional son:
- Fatiga persistente, incluso luego de descansar.
- Irritabilidad o impaciencia con los hijos.
- Sensación de desconexión afectiva.
- Culpa constante o autocrítica excesiva.
- Necesidad frecuente de alejarse de las responsabilidades parentales.
Identificarlas a tiempo permite evitar efectos más severos en la salud mental de la familia.
¿Cómo afrontarlo? Estrategias recomendadas
La psicóloga señala que reconocer los límites personales es el primer paso. También sugiere:
✅ Distribuir de manera más equitativa las tareas del hogar y el cuidado de los hijos.
✅ Priorizar hábitos de bienestar: sueño, actividad física y momentos de descanso.
✅ Practicar la autocompasión: “nadie es un padre o madre perfecto”.
✅ Buscar apoyo profesional si el agotamiento persiste.
“Cuando los padres se cuidan, también están cuidando emocionalmente a sus hijos. El autocuidado permite criar con más equilibrio, empatía y presencia”, afirma Cifuentes.





