Especialistas advierten que la ecografía hepática y la prueba de alfafetoproteína pueden salvar vidas si se realizan a tiempo.
Especialistas advierten que la ecografía hepática y la prueba de alfafetoproteína pueden salvar vidas si se realizan a tiempo.

La hepatitis B es una enfermedad silenciosa que puede avanzar sin síntomas visibles durante años, pero que daña progresivamente el hígado y eleva el riesgo de desarrollar carcinoma hepatocelular, el tipo más frecuente de cáncer de hígado.

Según estimaciones del Ministerio de Salud (Minsa) de 2024, al menos 135 333 personas en el Perú son portadoras del virus, aunque la cifra real podría ser mayor debido a la baja tasa de tamizaje. La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que más de 256 millones de personas en el mundo viven con hepatitis B crónica.

El Dr. Javier Díaz, hepatólogo del Hospital Rebagliati, advierte que la mayoría de los casos de cáncer de hígado en el país se detectan en etapas avanzadas, cuando las opciones terapéuticas son limitadas. Solo en 2023 se reportaron 4 515 nuevos diagnósticos, en su mayoría tardíos.

Para revertir esta situación, el especialista recomienda dos herramientas clave y accesibles para el diagnóstico temprano:

  • Ecografía hepática: no invasiva, de bajo costo y capaz de identificar lesiones sin necesidad de que existan síntomas previos. Especialmente indicada para personas con antecedentes de hepatitis crónica, enfermedades hepáticas o factores de riesgo.
  • Medición de alfafetoproteína: análisis de sangre que detecta marcadores tumorales asociados al cáncer de hígado.

Cuando ambas pruebas se realizan de forma periódica, aumentan las posibilidades de encontrar la enfermedad en fases iniciales y acceder a tratamientos más efectivos. Sin embargo, en varias regiones del país, la falta de equipos y especialistas en el primer nivel de atención limita el diagnóstico oportuno.

“Necesitamos llevar la detección a todos los niveles del sistema de salud y conformar equipos multidisciplinarios que incluyan hepatólogos, oncólogos, radiólogos y paliativistas”, enfatiza el Dr. Díaz.

El especialista aconseja no ignorar señales, realizar chequeos regulares si se tienen antecedentes de hepatitis o factores de riesgo, y solicitar al menos una vez al año una ecografía hepática y la prueba de alfafetoproteína.