A pesar de ser una enfermedad prevenible, el cáncer de cuello uterino continúa siendo una de las principales causas de mortalidad femenina en el Perú. La vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH) y la realización periódica del papanicolaou son herramientas clave para la detección temprana, pero diversos mitos siguen alejando a muchas mujeres de estos controles médicos esenciales.
El Dr. Alejandro Figueroa, director médico de ALIADA Centro Oncológico, alerta sobre cinco ideas equivocadas que persisten en la población femenina y que pueden poner en riesgo su salud:
1. “Solo las mujeres sexualmente activas deben hacerse el papanicolaou”
FALSO. Todas las mujeres deben iniciar los controles a partir de los 21 años, independientemente de su vida sexual. La detección temprana puede prevenir complicaciones graves.
2. “El papanicolaou es doloroso”
FALSO. El procedimiento puede ser algo incómodo, pero no doloroso. Se trata de un examen rápido y vital para identificar lesiones precancerosas a tiempo.
3. “El cáncer de cuello uterino solo afecta a mujeres mayores”
FALSO. Aunque es más frecuente entre los 30 y 50 años, puede presentarse antes. La prevención mediante la vacuna y controles periódicos debe comenzar desde una edad temprana.
4. “No necesito el papanicolaou si ya me vacuné contra el VPH”
FALSO. La vacuna protege contra los tipos más comunes del VPH, pero no contra todos. Por eso, el papanicolaou sigue siendo indispensable, incluso estando vacunada.
5. “Si tengo síntomas, es porque ya tengo cáncer de cuello uterino”
FALSO. En etapas tempranas, el cáncer de cuello uterino no suele presentar síntomas. Esperar a tener molestias puede significar detectar la enfermedad en fases avanzadas.
“El cáncer de cuello uterino es prevenible y tratable si se detecta a tiempo. Más allá de los mitos, las pruebas de detección son la mejor herramienta para proteger la vida de las mujeres”, enfatiza el Dr. Figueroa.
ALIADA recuerda la importancia de derribar la desinformación con campañas de sensibilización y acceso oportuno a servicios de salud. La educación es clave para salvar vidas.