Proteger a un recién nacido del resfrío no se limita a abrigarlo. Neumóloga pediatra comparte seis recomendaciones esenciales para mantenerlo sano durante los meses más fríos del año.
Proteger a un recién nacido del resfrío no se limita a abrigarlo. Neumóloga pediatra comparte seis recomendaciones esenciales para mantenerlo sano durante los meses más fríos del año.

Durante el invierno, cada estornudo cercano puede convertirse en una amenaza para la salud de los más pequeños. En el caso de los recién nacidos, su sistema inmunológico aún se encuentra en desarrollo, por lo que prevenir enfermedades respiratorias requiere más que ropa abrigadora. Según la doctora Wendy López, neumóloga pediatra de la Clínica Ricardo Palma, la clave está en la prevención sin caer en el miedo.

A continuación, las seis recomendaciones que todo padre o madre debe seguir:

  1. Evitar cambios bruscos de temperatura: El bebé aún no regula bien su temperatura corporal. Es fundamental mantener su habitación cálida, libre de corrientes de aire.
  2. Abrigo adecuado, sin excesos: Vístalo por capas, añadiendo una más de la que usaría un adulto. Los gorritos, medias y mantas de algodón ayudan a mantenerlo abrigado, pero sin sobrecalentarlo. Un buen indicador es que su pecho o espalda estén tibios, no sudorosos.
  3. Alejarlo de personas con síntomas: Limite las visitas de personas con gripe, tos o resfrío. Los virus respiratorios se transmiten con facilidad y representan un alto riesgo para los bebés.
  4. Ventilación controlada: Ventilar la habitación una vez al día por 10 a 15 minutos es crucial, incluso en invierno. Eso sí, el aire no debe golpear directamente al niño.
  5. Lavado de manos obligatorio: Toda persona que tenga contacto con el bebé debe lavarse las manos al llegar de la calle o antes de tocarlo.
  6. Lactancia materna a libre demanda: La leche materna contiene defensas naturales que fortalecen el sistema inmunológico del bebé. En caso de no amamantar, es vital mantener las vacunas al día y una alimentación adecuada según la edad.

Signos de alarma a tener en cuenta

Aunque un estornudo aislado no es motivo de preocupación, los cuadros respiratorios pueden avanzar con rapidez. Se debe acudir al médico si el bebé:

  • Respira con dificultad o muy rápido.
  • Tiene hundimiento en las costillas al respirar.
  • Presenta fiebre mayor a 37.8 °C (en menores de 3 meses, siempre es urgente).
  • Rechaza el pecho o el biberón.
  • Está irritable o demasiado somnoliento.
  • Tiene labios o uñas azuladas.

Y si además presenta tos persistente, secreción nasal espesa, pausas al respirar o se pone morado, se debe llevar al bebé de inmediato al centro de salud más cercano. Bajo ninguna circunstancia se recomienda automedicarlo.

Conclusión

El frío no tiene por qué convertirse en una amenaza. Siguiendo estas pautas, y prestando atención a cualquier signo de alerta, los padres pueden disfrutar de un invierno más seguro y saludable con su bebé.

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