Más del 60 % de universitarios en la región presenta señales de agotamiento emocional por sobrecarga académica y laboral. Un especialista en psicología organizacional ofrece recomendaciones para prevenir el desgaste.
Más del 60 % de universitarios en la región presenta señales de agotamiento emocional por sobrecarga académica y laboral. Un especialista en psicología organizacional ofrece recomendaciones para prevenir el desgaste.

Cada vez más jóvenes combinan estudios universitarios con jornadas laborales exigentes. Sin embargo, esta aparente productividad tiene un costo silencioso: el agotamiento extremo o “burnout”. Según un estudio publicado en la Revista Latinoamericana de Psicología, más del 60 % de los estudiantes universitarios en la región manifiestan síntomas relacionados con el desgaste emocional, ansiedad y fatiga crónica.

Fernando Rivera, docente de Psicología Organizacional de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), advierte que esta situación puede agravarse si no se actúa a tiempo. “El burnout es una condición causada por exposición constante al estrés. Afecta la salud física, emocional y mental. Si no se trata, puede comprometer seriamente la calidad de vida”, sostiene.

Para prevenirlo, Rivera comparte cinco consejos prácticos que pueden marcar la diferencia:

Cinco claves para evitar el burnout mientras estudias y trabajas

  1. Reconoce las señales tempranas: Fatiga constante, alteraciones del sueño, dolores musculares o pérdida de apetito pueden ser síntomas de alarma. Escucha a tu cuerpo.
  2. Pon límites y organiza tus prioridades: Establece horarios claros, evita compromisos innecesarios y asegúrate de separar tiempo para ti mismo.
  3. Haz pausas activas en tu rutina: Estirarte, caminar o respirar profundo por unos minutos reduce el estrés y mejora tu enfoque.
  4. Cuida tus hábitos de descanso: Dormir al menos 7 horas, alimentarte bien y hacer ejercicio son pilares para un sistema inmune fuerte y una mente en equilibrio.
  5. Busca apoyo cuando lo necesites: Si sientes que pierdes el interés o te aíslas, habla con alguien de confianza o acude a un profesional en salud mental.

“El autocuidado no es egoísmo, es responsabilidad. Un profesional antifrágil no solo aprende a adaptarse al cambio, sino también a priorizar su salud y bienestar”, concluye Rivera.