Según el Instituto Nacional de Salud (INS), 9 de cada 10 peruanos mayores de 15 años han consumido alcohol alguna vez en su vida y se estima que, de estos, el 29.5% son escolares de nivel secundario. Hasta hace unos años, se creía que la ingesta mínima a moderada de bebidas alcohólicas tenía beneficios para la salud; sin embargo, la nueva guía del Centro Canadiense de Uso de Sustancias y Adicción (CCSA) indica que no existe cantidad segura, además de ser un factor causal en más de 200 enfermedades y trastornos.

La doctora Mónica Ramírez, jefa de programas de salud de Sanitas, señala que el alcohol es considerado como una sustancia capaz de causar cáncer. Además, puede perjudicar múltiples órganos como el cerebro, el páncreas, el corazón y el hígado, y está asociado a condiciones como la hipertensión, la cirrosis y la diabetes, con lo cual pone en riesgo la vida de las personas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), tomar bebidas alcohólicas en exceso es la causa del 5.3% de muertes anuales globales.

Por otro lado, la Dra. Ramírez alerta que el impacto de su consumo es mayor cuando se inicia a temprana edad. “El alcohol se ha convertido en la droga más usada entre jóvenes y adolescentes. A largo plazo, esto tendrá un impacto mayor que en casos de iniciación tardía, pues puede ocasionar retrocesos en el desarrollo normal del cerebro y se relaciona a situaciones de menor rendimiento académico, prácticas sexuales de riesgo, conductas delictivas, accidentes, suicidio, enfermedades mentales, así como el abuso de esta y otras sustancias en la etapa adulta”, indica.

La experta también advierte sobre un posible aumento de la ingesta de bebidas alcohólicas entre adolescentes durante la época de fiestas y vacaciones, pues las ocasiones de encuentros sociales incrementan y propician su consumo. Por ello, aconseja adoptar una cultura de prevención y alerta ante las señales de riesgo.

“El consumo de alcohol tiene un patrón diferente en adultos y adolescentes, pues los últimos tienen menos ocasiones para beber y, durante estas pocas oportunidades, lo hacen en grandes cantidades que pueden resultar peligrosas por su edad. Especialmente en esta época de festividades es necesario prestar atención a la conducta de nuestros hijos o familiares jóvenes y no ser permisivos con la presencia de alcohol en reuniones o fiestas”, aconseja.

¿Qué factores contribuyen al consumo de alcohol en jóvenes y adolescentes?

La doctora Ramírez menciona que existen diversos agentes que predisponen comportamientos de riesgo en este sector de la población:

  1. Historial de consumo en la familia: la exposición temprana a sustancias puede duplicar el riesgo de iniciación en el consumo de alcohol. Además, los padres que beben tienden a ser ausentes e inconsistentes con la crianza.
  2. Enfermedades o trastornos mentales: generalmente, la adolescencia es la edad en la cual aparecen desórdenes de ansiedad, bipolaridad, depresión, desórdenes alimenticios, etc., que pueden conducir a conductas de riesgo.
  3. Eventos adversos durante la niñez: traumas ocurridos durante los primeros años de vida, y el estrés resultante de estos, aumentan la probabilidad de recurrir al uso de alcohol y otras sustancias.

En ese sentido, la Dra. Ramírez hace hincapié en que la prevención es clave para proteger la salud de jóvenes y adolescentes. Por ello, además de propiciar un ambiente familiar positivo, exhorta a llevar hábitos de vida saludable y realizar chequeos preventivos para evitar complicaciones, así como la aparición de factores de riesgo para la iniciación en el consumo de alcohol.

“Resulta prioritario erradicar el uso de sustancias a temprana edad, pues el impacto en la calidad de vida de los jóvenes, a largo plazo, es incalculable. En Sanitas, tenemos como objetivo que todas las familias tengan acceso a una salud de calidad. Contamos con un modelo que promueve la prevención a través de distintos planes de salud, cuyo objetivo es alcanzar el bienestar de la población”, concluye.

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