Especialistas advierten que el sedentarismo, la mala alimentación y el consumo de tabaco o vapeo elevan el riesgo de enfermedades cardíacas. La clave está en la prevención desde temprano.
Especialistas advierten que el sedentarismo, la mala alimentación y el consumo de tabaco o vapeo elevan el riesgo de enfermedades cardíacas. La clave está en la prevención desde temprano.

Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cobran 17.9 millones de vidas al año, un tercio de ellas de forma prematura (antes de los 70 años). Aunque suelen manifestarse con mayor fuerza desde los 40 o 50 años, los riesgos empiezan a acumularse desde la adultez temprana.

El Dr. Pascual Chiarella, decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), subraya que “un corazón sano se construye con hábitos sostenidos”. La actividad física, una dieta equilibrada, el descanso adecuado y los controles médicos periódicos son pilares para reducir riesgos a largo plazo.

Entre las recomendaciones principales destacan:

  • Ejercicio diario de 30 a 60 minutos. Rutinas aeróbicas como correr o trotar fortalecen la capacidad cardiovascular. Carreras de 5 km o más son recomendables con preparación y evaluación médica previa.
  • Alimentación balanceada. Incluir entre 10 y 15% de proteínas en la dieta, junto con frutas, verduras y cereales integrales, evitando excesos de grasas y ultraprocesados.
  • Eliminar tabaco y vapeo. Reducir o abandonar estos hábitos disminuye de manera significativa los riesgos cardiovasculares, pulmonares y hepáticos.
  • Dormir mejor y manejar el estrés. Respetar horarios de sueño y realizar pausas activas ayuda a evitar aumentos de peso, cansancio y pérdida de masa muscular.
  • Chequeos médicos regulares. Evaluar presión arterial, glucosa, perfil lipídico y función renal. Los antecedentes familiares o el sobrepeso son señales de alerta para iniciar cambios cuanto antes.

“Cada ajuste en la rutina diaria –desde caminar más hasta dejar el tabaco– marca una diferencia en la calidad de vida y en la longevidad”, resalta Chiarella.

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