Ser padre o madre conlleva grandes retos emocionales y físicos. Expertos explican por qué el autocuidado no es un lujo, sino una necesidad para vivir la crianza con bienestar.
Ser padre o madre conlleva grandes retos emocionales y físicos. Expertos explican por qué el autocuidado no es un lujo, sino una necesidad para vivir la crianza con bienestar.

Ser padre o madre transforma la vida por completo, pero también puede generar altos niveles de estrés y agotamiento emocional. Las noches sin dormir, las múltiples tareas diarias y la presión por “hacerlo bien” suelen llevar a que el autocuidado quede relegado. Sin embargo, reservar tiempo para uno mismo no es egoísmo, sino una necesidad fundamental para mantener el equilibrio emocional y fortalecer el vínculo con los hijos.

Según la Asociación Americana de Psicología (APA), un 33% de padres experimenta estrés extremo a diario, frente al 20% de personas sin hijos. Esta sobrecarga, conocida como agotamiento parental, puede deteriorar la salud mental y afectar la calidad de la crianza.

La psicóloga clínica Kristell Pacheco explica que sentir estrés durante la crianza es natural, pero cuando se vuelve crónico o se intensifica, es crucial atenderlo. “Muchos padres y madres intentan abarcarlo todo al mismo tiempo, pero es importante reconocer los propios límites. Para dar lo mejor a nuestros hijos, primero debemos estar bien con nosotros mismos”, afirma.

Con el respaldo de Babysec, la especialista comparte cinco consejos clave para poner en práctica el autocuidado durante la crianza:

  1. Tomar pequeños momentos para uno mismo: No se necesita una tarde libre para desconectarse. Basta con cinco minutos para respirar, tomar un café sin interrupciones o leer unas páginas de un libro.
  2. Delegar sin culpa: Pedir apoyo a la pareja, familia o amigos es clave. Compartir responsabilidades permite distribuir las tareas y fortalecer los vínculos con el entorno cercano.
  3. Incorporar ocio en casa. Actividades como escuchar música, ver una película o hacer ejercicio ayudan a reducir el estrés y recargar energías sin alejarse del bebé.
  4. Validar las emociones: Sentir cansancio o frustración no hace a nadie menos buen padre o madre. Reconocer estas emociones y buscar descanso es un acto de autocuidado.
  5. Dejar el perfeccionismo: No existe una crianza perfecta. Aceptar que no todo se puede controlar reduce la ansiedad y permite disfrutar más del proceso.

El autocuidado es una herramienta poderosa para preservar el bienestar personal y familiar. Si las emociones se tornan difíciles de manejar, buscar el acompañamiento de un profesional de salud mental es una forma valiente y efectiva de recuperar el equilibrio.