Médicos advierten que sin una evaluación previa, los entrenamientos intensos pueden generar riesgos cardíacos, lesiones graves o sobreentrenamiento. La prevención comienza con un buen diagnóstico.
Médicos advierten que sin una evaluación previa, los entrenamientos intensos pueden generar riesgos cardíacos, lesiones graves o sobreentrenamiento. La prevención comienza con un buen diagnóstico.

Con el crecimiento de disciplinas como el crossfit, el running o el trail, cada vez más personas buscan incorporar entrenamientos de alta intensidad a su rutina. Sin embargo, especialistas médicos advierten que hacerlo sin preparación ni evaluación médica previa puede acarrear riesgos importantes para la salud, desde complicaciones cardiovasculares hasta lesiones musculoesqueléticas.

“El riesgo más relevante al iniciar actividad física intensa sin control médico es el de eventos cardiovasculares agudos, como infarto o muerte súbita, especialmente en mayores de 40 años o con factores de riesgo no diagnosticados”, señala el Dr. Gastón Ramos Butrón, médico internista de la Clínica Anglo Americana. También pueden presentarse arritmias, descompensaciones metabólicas o lesiones musculares severas como la rabdomiólisis.

Por su parte, el Dr. David Torres Manrique, traumatólogo de la misma institución, advierte sobre el aumento de lesiones por sobrecarga o técnica incorrecta. “En el crossfit, vemos muchas tendinitis en hombros o tobillos. En el trail, la inestabilidad ligamentaria es recurrente, especialmente en corredores principiantes”, precisa.

¿Qué recomiendan los médicos antes de comenzar?

  • Chequeo médico previo, especialmente si tienes más de 40 años, antecedentes de enfermedades crónicas o factores de riesgo como hipertensión, colesterol elevado o diabetes.
  • Reconocer signos de alerta como mareos, fatiga excesiva o dolor en el pecho durante el ejercicio.
  • No imitar el ritmo ajeno: cada cuerpo necesita una progresión personalizada.
  • Ejercicios de calentamiento y estiramiento adecuados para cada disciplina.
  • Buena técnica: evita lesiones con supervisión de entrenadores capacitados.
  • Escuchar al cuerpo: el dolor, rigidez prolongada o falta de energía pueden indicar sobreentrenamiento.
  • Adecuación en caso de enfermedades crónicas, con rutinas adaptadas y seguimiento profesional.
  • Diferenciar esfuerzo de dolor: el esfuerzo debe ser progresivo y no incapacitante.

Los beneficios de estas disciplinas son múltiples, pero deben ir acompañados de un enfoque preventivo y responsable. “El médico no está para prohibir, sino para acompañar el cambio de hábitos, identificar riesgos y garantizar una adaptación segura”, concluye el Dr. Ramos.