La OMS destaca que el contacto físico temprano, como los abrazos, fortalece el vínculo afectivo entre padres e hijos y promueve el bienestar emocional, físico e inmunológico de los bebés.
La OMS destaca que el contacto físico temprano, como los abrazos, fortalece el vínculo afectivo entre padres e hijos y promueve el bienestar emocional, físico e inmunológico de los bebés.

El abrazo, un gesto cotidiano y universal, tiene un impacto extraordinario en el desarrollo de los bebés. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el contacto físico temprano, como los abrazos, no solo fortalece el vínculo afectivo entre padres e hijos, sino que también contribuye al equilibrio emocional, físico y al fortalecimiento del sistema inmunológico de los recién nacidos.

En el marco del Día Internacional del Abrazo, Huggies resalta los múltiples beneficios de este gesto tan simple pero poderoso. “Los abrazos son el primer lenguaje de amor y conexión que compartimos con nuestros bebés. Desde ese primer contacto, establecemos un vínculo que perdura toda la vida, brindando seguridad y cariño a nuestros pequeños en un mundo completamente nuevo para ellos”, señala Fiorella Moretti, gerente de marketing para la categoría de cuidado infantil de Kimberly-Clark Perú.

El impacto del primer abrazo

El contacto físico temprano, especialmente en los primeros días de vida, tiene efectos profundos en el bienestar de los bebés. Entre los beneficios más destacados se encuentran:

  1. Mejora del sistema inmunológico: Los abrazos estimulan la producción de glóbulos blancos, esenciales para combatir enfermedades, lo que hace que los bebés sean más resistentes. Además, el Método Canguro, que consiste en el contacto piel a piel entre el recién nacido y sus padres, ayuda a regular la temperatura corporal, el ritmo cardíaco y la respiración del bebé.
  2. Seguridad emocional: El contacto físico incrementa los niveles de serotonina, mejorando el estado de ánimo y la autoestima del bebé. Los abrazos también les enseñan a gestionar sus emociones desde temprana edad, ayudándoles a reconocer y regular sus respuestas frente a situaciones nuevas o estresantes.
  3. Desarrollo de empatía: Los abrazos frecuentes fomentan la capacidad de los bebés para dar y recibir afecto, permitiéndoles reconocer y comprender las emociones de los demás desde una edad temprana.

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