Aunque muchas personas ven el invierno como una excusa para abandonar la actividad física, las bajas temperaturas pueden jugar a favor del metabolismo. El cuerpo humano necesita mantener una temperatura interna constante, y cuando se enfrenta al frío, activa mecanismos como la termogénesis para conservar el calor. Este proceso, si se aprovecha correctamente, puede aumentar el gasto calórico.
Sergio Pérez, jefe del departamento técnico de Smart Fit, explica que “cuando el cuerpo se expone al frío de forma controlada, necesita consumir más energía para mantenerse caliente, lo que incrementa naturalmente el gasto calórico”. Sin embargo, advierte que este aumento es modesto y variable, ya que factores como la ropa térmica o el uso de calefacción pueden reducir su efecto.
Por ello, la actividad física sigue siendo clave. “Si no hay movimiento, no hay quema significativa. La clave está en entrenar bien y mantener el cuerpo activo para que ese pequeño estímulo adicional del clima se sume al esfuerzo físico”, precisa Pérez.
Recomendaciones para entrenar en invierno:
- Calienta por más tiempo: Dedica entre 10 y 15 minutos a movimientos dinámicos como saltos suaves, sentadillas o estiramientos activos. Esto ayuda a evitar lesiones.
- Vístete en capas: Utiliza prendas térmicas transpirables y evita abrigos pesados si harás ejercicio intenso. La idea es conservar el calor sin sobrecalentarse.
- Aumenta la intensidad: Rutinas como HIIT, entrenamiento funcional o spinning elevan rápidamente la temperatura corporal y maximizan el gasto energético.
- Evita entrenar con frío extremo: Si las condiciones son muy severas, mejor opta por espacios interiores. El exceso de frío no mejora el rendimiento y puede perjudicar la salud.
- Recupera adecuadamente: Duerme bien, hidrátate y mantén una alimentación balanceada para apoyar el proceso de recuperación y evitar compensaciones calóricas innecesarias.
¿Cuántas calorías adicionales se pueden quemar?
Un entrenamiento de 45 minutos puede quemar entre 300 y 600 calorías, dependiendo de la intensidad y características personales. El cuerpo puede gastar entre 50 y 100 calorías extra al adaptarse al frío, aunque esto no sustituye el ejercicio físico.
Más allá de la cifra calórica, Pérez recalca que lo fundamental es construir una rutina sostenible que combine movimiento, descanso y buena alimentación.
Durante el invierno, mantenerse activo no solo ayuda a controlar el peso, sino que también mejora el estado de ánimo, fortalece el sistema inmunológico y refuerza los hábitos saludables a lo largo del año.