El estilo parental determina la autoestima, conducta y regulación emocional de los niños. La especialista advierte que solo el estilo democrático promueve autonomía y seguridad.
El estilo parental determina la autoestima, conducta y regulación emocional de los niños. La especialista advierte que solo el estilo democrático promueve autonomía y seguridad.

La forma en que los padres educan y se relacionan con sus hijos tiene un impacto directo en su desarrollo emocional, social y físico, explica la psicóloga Rebeca Cahui, de la Universidad Católica Sedes Sapientiae (UCSS). Los llamados estilos parentales están documentados por especialistas y suelen replicar la manera en que cada adulto fue criado.

Todos tenemos un estilo de crianza. Estos moldean el desarrollo social, emocional y físico de los niños e influyen en su autoestima, capacidad de autorregulación, habilidades sociales e incluso el rendimiento académico”, afirma Cahui.

Un estilo de crianza adecuado favorece seguridad, autonomía y relaciones saludables. En contraste, métodos inapropiados pueden generar inseguridad, problemas de conducta y dificultades emocionales.

Cuatro estilos de crianza y sus efectos

Según la especialista, existen cuatro estilos parentales, pero solo uno promueve un desarrollo equilibrado:

1. Estilo autoritario

  • Predominan reglas estrictas y escaso diálogo.
  • Puede incluir castigo físico y exigencia de obediencia.
  • Riesgos: baja autoestima, ansiedad, depresión y dificultades sociales por falta de validación emocional y exceso de control.

2. Estilo permisivo

  • Mucho afecto pero poca corrección.
  • Normas confusas y evitación del conflicto.
  • Consecuencias: falta de autodisciplina, problemas de comportamiento y baja tolerancia a la frustración.

3. Estilo negligente

  • Escaso compromiso y responsabilidad parental.
  • Comunicación mínima aunque se cubran necesidades básicas.
  • Riesgos: problemas académicos, dificultades sociales y afectaciones a la salud mental.

4. Estilo democrático (el más adecuado)

  • Normas claras y diálogo constante.
  • Uso de correcciones como apoyo, no castigo.
  • Fomenta confianza, respeto, autonomía y regulación emocional.

Cómo identificar un estilo de crianza en casa

Un estilo parental inadecuado puede manifestarse en el malestar emocional de los padres—frustración, culpa, irritabilidad—y en conductas problemáticas en los hijos, como mentiras, irrespeto, aislamiento o agresividad.

Cahui recomienda analizar cómo se dan las interacciones diarias. Por ejemplo, si un padre quiere que el hijo obedezca, debe preguntarse cómo expresa la instrucción: con firmeza o con enojo. La forma de comunicar influye directamente en la reacción del niño.

Otro error frecuente es tratar a los hijos como incapaces, impidiendo que asuman responsabilidades. Asignar tareas según la edad les enseña que equivocarse es parte del aprendizaje.

¿Se pueden modificar los estilos de crianza?

La especialista señala que el estilo parental es producto de la historia personal y familiar de cada adulto. Una madre puede adoptar un estilo rígido o impulsivo porque fue criada de ese modo o por falta de orientación.

Sin embargo, cambiar es posible si se toma la iniciativa. “No es necesario esperar a que la pareja lo acompañe. Uno puede dar el primer paso”, afirma Cahui.

Desarrollar el estilo democrático implica:

  • Conocerse a uno mismo (fortalezas y debilidades).
  • Definir acuerdos como pareja: reglas claras, medidas correctivas, uso de tecnología, temas que se conversan frente a los hijos.
  • Dialogar con los hijos según su edad para conocer sus miedos, necesidades y preferencias.

“Ser padres significa ser un equipo”, subraya.

¿Qué estilo predomina en el Perú?

Las investigaciones citadas por la especialista muestran que el estilo democrático es el que predomina en las familias peruanas. No obstante, en contextos de vulnerabilidad —como en familias con adolescentes con conductas disociales— suelen aparecer con mayor frecuencia los estilos autoritario y negligente.

“Estos estilos pueden afectar el desarrollo social y emocional de los hijos. En consulta clínica vemos que son los más frecuentes cuando existen problemas familiares”, concluye Cahui.

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