La vesícula biliar es un pequeño órgano en forma de pera, ubicado debajo del hígado, cuya función principal es almacenar bilis, una sustancia que ayuda a digerir las grasas. Sin embargo, cuando deja de funcionar correctamente, pueden formarse cálculos biliares, generando síntomas como dolor abdominal intenso, náuseas, vómitos, pesadez, fiebre o ictericia (coloración amarilla en la piel y ojos).
El doctor Billy Fuentes, cirujano general de la Clínica Ricardo Palma, recomienda acudir al médico ante dolor persistente en el lado derecho del abdomen. “Una ecografía o análisis de sangre pueden revelar si es necesaria una colecistectomía (extirpación de la vesícula) para prevenir complicaciones”, explica.
La cirugía se indica en casos de:
- Cálculos biliares sintomáticos
- Colecistitis aguda (inflamación)
- Colelitiasis complicada (cuando los cálculos migran al conducto biliar y provocan ictericia, pancreatitis o colangitis)
- Pólipos vesiculares mayores de 1 cm
- Disfunción vesicular o sospecha de cáncer
El procedimiento se realiza bajo anestesia general y por vía laparoscópica. Se hacen pequeñas incisiones en el abdomen (de 0.5 a 1 cm) para introducir una cámara e instrumentos especializados que permiten extraer la vesícula. La operación suele durar entre 45 minutos y una hora, y el paciente puede recibir el alta al día siguiente.
Recuperación y cuidados
La recuperación es rápida: se pueden retomar actividades normales entre 3 y 7 días después, y volver a hacer ejercicio en aproximadamente un mes. Aunque no se requieren cuidados permanentes, es fundamental seguir algunas recomendaciones dietéticas para evitar molestias digestivas:
- Evitar grasas saturadas y frituras frecuentes
- Consumir grasas saludables con moderación (aceite de oliva, palta, frutos secos)
- Comer porciones pequeñas varias veces al día si hay molestias
- Mantener un peso saludable
- Limitar el consumo de alcohol
- Vigilar el tránsito intestinal (puede haber diarrea leve ocasional)
- Consultar al médico ante síntomas persistentes
Tras la cirugía, la bilis fluye directamente del hígado al intestino delgado de forma continua, lo que puede alterar ligeramente la digestión de alimentos grasos. Seguir las indicaciones del especialista es clave para una buena adaptación digestiva y calidad de vida.
TE PUEDE INTERESAR
- Anemia infantil afecta al 35.3 % de niños en Perú y pone en riesgo el desarrollo del país
- Vitiligo y psoriasis: cómo distinguir estas afecciones de la piel y acceder al tratamiento adecuado
- Tos ferina en Perú: los cinco mitos más comunes que debes conocer y desmentir
- Comer por ansiedad: cómo reconocer el hambre emocional y romper el ciclo
- Infertilidad afecta a 800 mil parejas en Perú: factores ambientales y estilo de vida entre las causas