En temporada de frío, la sensación de sed puede reducirse hasta un 40 %, lo que aumenta el riesgo de deshidratación. Un especialista de Industrias San Miguel comparte consejos prácticos para mantenerse hidratado, incluso si no sueles tomar mucha agua.
En temporada de frío, la sensación de sed puede reducirse hasta un 40 %, lo que aumenta el riesgo de deshidratación. Un especialista de Industrias San Miguel comparte consejos prácticos para mantenerse hidratado, incluso si no sueles tomar mucha agua.

Con la llegada del invierno, el cuerpo experimenta una disminución en la sensación de sed que, según un estudio de la Universidad de Oklahoma, puede alcanzar hasta el 40 %. Esta reducción, aunque pase desapercibida, puede provocar deshidratación silenciosa, afectando la energía, la concentración y hasta la salud de la piel.

El fenómeno preocupa especialmente en el contexto del creciente interés por el deporte y el running en el país. De acuerdo con datos de Perú Runners, más de 70 000 personas participaron en eventos de este tipo en 2024, de las cuales el 60 % tiene entre 25 y 40 años. Para quienes entrenan en climas fríos, hidratarse de forma constante es clave para un rendimiento seguro y efectivo.

“Hidratarse bien es fundamental en cualquier estación del año, pero en invierno puede ser más difícil porque el cuerpo no lo pide. Por eso, alternativas como las aguas saborizadas sin azúcar se vuelven aliadas ideales: son ligeras, agradables y ayudan a mantener una hidratación constante”, señala Fiorella Poggi, gerente de marketing para Perú y Chile de Industrias San Miguel (ISM), empresa peruana de bebidas y alimentos con 37 años de trayectoria.

El especialista de ISM recomienda seguir estas cinco claves para evitar la deshidratación en invierno:

  1. Tomar agua aunque no haya sed: establecer horarios y usar recordatorios para beber líquidos de forma regular.
  2. Aprovechar las aguas saborizadas sin azúcar: opción práctica y saludable para quienes no consumen agua natural con frecuencia.
  3. Hidratarse antes, durante y después del ejercicio: beber entre 300 ml y 500 ml una hora antes de entrenar, sorbos pequeños durante la actividad y reponer líquidos al finalizar.
  4. Evitar el exceso de cafeína: alternar café con agua o infusiones sin cafeína para prevenir la pérdida de líquidos.
  5. Optar por bebidas funcionales en jornadas activas: especialmente si se pasa tiempo al aire libre o se realizan entrenamientos intensos.

Mantener una adecuada ingesta de líquidos en invierno no solo favorece el rendimiento físico, sino que también ayuda a preservar la salud y el bienestar general. Con opciones accesibles y agradables como las aguas saborizadas, la hidratación puede convertirse en un hábito fácil y constante durante todo el año.