Especialistas destacan la importancia de iniciar la lactancia en la primera hora de vida y mantenerla de forma exclusiva hasta los seis meses.
Especialistas destacan la importancia de iniciar la lactancia en la primera hora de vida y mantenerla de forma exclusiva hasta los seis meses.

La lactancia materna es fundamental para el desarrollo y bienestar de los recién nacidos. Según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES 2024), el 67.4 % de los bebés peruanos menores de seis meses reciben lactancia exclusiva, aunque con diferencias marcadas entre regiones. Este panorama evidencia la necesidad de reforzar la educación y acompañamiento a las madres desde el inicio.

“La lactancia desde la primera hora de vida no solo aporta nutrientes esenciales, sino también defensas que fortalecen el sistema inmunológico del bebé y lo protegen frente a infecciones y enfermedades crónicas. Además, favorece el vínculo emocional entre madre e hijo”, explicó la Dra. Martha Jaimes, pediatra de SANNA Clínica San Borja.

En esa misma línea, Mariana Guevara, coordinadora del Programa de Maternidad de Pacífico Salud, subrayó que “el calostro, conocido como la primera leche, es un verdadero escudo protector para el recién nacido. Acompañar a las madres y resolver sus dudas desde el inicio es clave para que vivan este proceso con seguridad y confianza”.

Las especialistas comparten cinco recomendaciones para lograr una lactancia exitosa:

  1. Iniciar de inmediato: procurar el contacto piel a piel y el amamantamiento dentro de la primera hora de vida.
  2. Lactancia exclusiva hasta los seis meses: sin agua ni suplementos, ya que la leche materna aporta todos los nutrientes necesarios.
  3. Hidratación y alimentación adecuada de la madre: una dieta balanceada y suficiente agua favorecen la producción de leche.
  4. Apoyo profesional constante: recurrir a especialistas en lactancia y controles pediátricos para superar dificultades.
  5. Descanso y autocuidado materno: dormir lo suficiente y cuidar la salud emocional contribuye al éxito del proceso.

Incorporar estas prácticas asegura un mejor inicio de vida para los bebés y fortalece la salud física y emocional de las madres.