Los serios daños que causa la automedicación

La automedicación es una práctica muy común en nuestro país. Sucede cuando padecemos un dolor o malestar intenso y vamos a la farmacia a comprar una pastilla que nos quite la dolencia. Cuando lo logramos, olvidamos indagar la causa. Y si el dolor vuelve, tomamos la píldora ‘sanadora’.

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Pero cuando la dolencia no se quita con ninguna pastilla recién visitamos al médico. Lo que parece práctico e inteligente puede acarrear varias consecuencias negativas en la salud. El doctor Ian Falvy, miembro de la Asociación Peruana para Estudios de Dolor (ASPED), comenta que en el país existe una marcada cultura de la automedicación con fármacos y una tendencia a utilizar otros métodos para aliviar el dolor. “En Lima, se estima que el 4% de pacientes emplean remedios caseros y el 3.8% recurre a la medicina alternativa”, revela.

Mayores riesgos. El principal riesgo que provoca el uso indiscriminado de medicamentos, como antiinflamatorios no esteroideos, es ocultar tanto la intensidad del dolor como las enfermedades de base que lo ocasionan, y demorar la atención oportuna.

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Por otro lado, el uso recurrente y/o en altas dosis de antiinflamatorio, sin supervisión médica, provoca que las sustancias se acumulen en el organismo y causan complicaciones, como sangrado gastrointestinal, falla renal, daño hepático o problemas cardiovasculares, especialmente entre pacientes de edad avanzada o con patologías preexistentes.

RIESGOS. Incluso puede haber erupciones cutáneas, dolor abdominal, vómito o taquicardia. En el peor de los casos, automedicarse cronifica el dolor. La administración de dosis indebidas puede incrementar la dolencia y prolongar el padecimiento por meses, años o para toda la vida; lo cual podría provocar daños irreversibles.

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