El dolor de espalda se ha convertido en una de las molestias más comunes entre los trabajadores peruanos, afectando a más de 1 de cada 4 adultos de forma regular, según un reporte de la International Association for the Study of Pain (IASP). Este problema, ligado principalmente a malas posturas y al sedentarismo, impacta la productividad y calidad de vida de miles de personas.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 90% de los casos de lumbalgia son considerados inespecíficos, es decir, no se asocian a enfermedades graves, pero generan molestias persistentes que afectan el rendimiento diario.
“El cuerpo humano sigue tres reglas clave: equilibrio, confort y postura. Cuando alguna de estas falla, se genera un desequilibrio que impacta directamente en la espalda, activando un círculo vicioso de dolor y debilidad muscular”, explica Jesús Yerén, docente de la carrera de Fisioterapia y Rehabilitación de Cibertec.
Pausas activas cada hora: la clave para prevenir dolor de espalda
El especialista recomienda realizar pausas activas de 5 a 7 minutos cada hora durante la jornada, alternando entre posiciones sentadas y de pie, para prevenir y aliviar el dolor de espalda. Además, detalla cinco ejercicios simples que pueden incorporarse en la rutina diaria:
- Ejercicios de respiración profunda: Ayudan a oxigenar el cuerpo, reducen el estrés y mejoran la postura al activar el core.
- Estiramientos de cuello y cabeza: Hacia atrás y hacia los lados, ideales para aliviar la tensión acumulada por largas horas frente a la pantalla.
- Estiramientos de tronco: Con manos estiradas hacia atrás, favorecen la movilidad de la columna y la flexibilidad del torso.
- Estiramiento de la zona lumbar: Inclinándose hacia adelante suavemente, ayuda a liberar la tensión en la parte baja de la espalda.
- Movimientos oscilatorios de las piernas: Mejoran la circulación y previenen el adormecimiento por compresión nerviosa.
“Estos ejercicios, sumados a una rutina de fortalecimiento muscular con ligas de resistencia, no solo previenen el dolor, sino que ayudan a reducir el estrés, mejorar la calidad del sueño, fortalecer el cuerpo y elevar los niveles de energía y bienestar general”, añade Yerén.
¿Cuándo acudir a un especialista?
Aunque estos ejercicios son seguros para la mayoría de personas, es importante prestar atención a señales como pesadez corporal, mareos, fatiga muscular, problemas de sueño, sobrepeso o digestión lenta. Si presentas al menos tres de estos síntomas, lo recomendable es pausar los ejercicios y consultar con un fisioterapeuta para descartar complicaciones.
“Cuidar la salud de la espalda no es solo un tema de calidad de vida, sino de productividad y bienestar integral. Hacer pausas activas y mantener una buena postura son inversiones diarias en tu salud”, concluye Yerén.