Cada vez que se encuentra en el quirófano, el cirujano cardiovascular, Julio Peralta Rodríguez, no solo procura tener atención a los detalles de la operación que realizará y el trabajo en equipo mientras maniobra los corazones con sus manos y bisturíes para que sigan latiendo, una playlist con sus artistas preferidos también acompaña sus largas jornadas para sentirse relajado, concentrado y comprometido con los pacientes a quienes trata como si fueran su familia.
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De acuerdo con una encuesta realizada por Spotify, el rock es el género más popular entre los cirujanos que escuchan música mientras operan, le sigue el pop y luego la música clásica.
ARMONÍA
Para el jefe de la Red Nacional del Corazón (Renacor) lo que escucha dependen de la complejidad del caso que enfrenta y del momento en que se encuentre durante la intervención quirúrgica.
Las melodías del músico y compositor argentino, Astor Piazzolla, o de la banda sonora de Ennio Morricone, uno de los mejores compositores de la historia del cine, lo ayudan a relajarse en momentos de mucha tensión.
“La vida de las personas está en mis manos y cuando las cirugías están al hilo de la posibilidad de una complicación que pude desencadenar la muerte, su música me ayuda, relaja tensiones y me tranquiliza”, sostiene el médico que estuvo en el hospital Honorio Delgado Espinoza junto a un equipo de especialistas del hospital 2 de mayo de Lima, para operar del corazón a un segundo grupo de pacientes con enfermedades cardiacas.
Son 15 las personas que el doctor Peralta, su equipo y cirujanos del Honorio Delgado han operado este año en Arequipa.
MOVIMIENTO
Los merengues del cantautor dominicano, Juan Luis Guerra, también lo acompañan cuando la dificultad está superada y el corazón de su paciente late nuevamente en su pecho sin los problemas que ponían su vida en un riesgo inminente de muerte y camino a recuperarse. Allí también suenan los valses de los recordados hermanos Dávalos. “Es una forma de decir que la fuerza volcánica está presente en esa sala”, dice entre risas el médico arequipeño que aunque no lleva la cuenta, estima que ha operado a más de 3 mil personas a lo largo de sus 25 años como cirujano cardiovascular.
COMPROMISO
El doctor Peralta sostiene que la gratitud es el mayor regalo que ha recibido a lo largo de los años y no fue consciente de la trascendencia de su trabajo hasta el 2017 cuando visitó la ciudad del Cusco para realizar operaciones programadas. En aquella oportunidad tuvo un recibimiento especial. Un grupo de pacientes a los que había operado anteriormente se juntaron para recibirlo en el hospital Lorena y darle las gracias por darles la oportunidad de vivir.
El médico confiesa que en alguna ocasión ha perdido batallas. Cada vez que la muerte ha logrado arrebatarle la vida de sus pacientes, pensó si pudo haber hecho algo más por ellos. Ello también significó un aprendizaje con el análisis de los casos, haciendo consultas y pidiendo opiniones de otros especialistas para sacar conclusiones y tener alternativas de solución para enfrentar futuras complicaciones en pacientes que recalca trata siempre como si fueran los suyos.
NECESIDAD
Dijo que es necesario la participación del Gobierno regional para invertir en la compra de equipos que se necesita para el diagnóstico, operación y recuperación de los pacientes cardiacos, como se ha hecho ya en Lambayeque, Ayacucho y próximamente en el remozado hospital Lorena de Cusco.
“La pregunta es por qué Arequipa que es una ciudad de vanguardia no lo hace, no hay razón para no hacerlo. Vivir es un derecho que tiene la población. El hospital tiene los especialistas que es lo más difícil de conseguir, lo más fácil es la compra de los equipos e implementar la unidad, decir que en el hospital no se puede hacer porque es viejito es falso, prueba de ello son las 15 operaciones que se han hecho este año”, dijo el especialista.
Julio Peralta tuvo la oportunidad de ejercer su profesión en Chile, pero el destino quiso que su labor la desarrolle en el Perú. Su mentor, Efraín Montesinos, un especialista en cirugía cardiovascular que se desarrolló en los Estados Unidos y que al jubilarse retorno al país para crear la unida de cirugía cardiaca en el hospital 2 de Mayo, le solicitó volver para ayudarlo con la implementación de la unidad debido a que no podía continuar solo por el cáncer que lo afectaba.