La conjuntivitis aumenta en temporada de frío por el contacto con virus respiratorios. Especialistas advierten sobre síntomas, prevención y tratamiento.
La conjuntivitis aumenta en temporada de frío por el contacto con virus respiratorios. Especialistas advierten sobre síntomas, prevención y tratamiento.

El invierno no solo trae consigo resfriados y gripes. También aumenta la incidencia de conjuntivitis viral, una inflamación de la conjuntiva —la membrana que recubre el ojo y el interior de los párpados— que puede afectar a niños y adultos, según advierte la doctora Daniela Roca, oftalmóloga de la Clínica Ricardo Palma.

“La conjuntivitis viral es altamente contagiosa y suele relacionarse con infecciones respiratorias como los resfríos o gripes. En invierno se incrementan los casos porque pasamos más tiempo en espacios cerrados y mal ventilados, lo que facilita la propagación de virus como los adenovirus, que también afectan los ojos”, explicó la especialista.

¿Cómo reconocerla?

Los síntomas suelen aparecer primero en un ojo y luego pasar al otro. Incluyen:

  • Enrojecimiento ocular
  • Lagrimeo constante
  • Sensación de arenilla o cuerpo extraño
  • Secreción acuosa o mucosa que puede pegar los párpados al despertar
  • Fotofobia o molestia con la luz
  • A veces, estos síntomas se acompañan de malestares respiratorios leves como congestión nasal o dolor de garganta.

¿Cómo prevenir el contagio?

La doctora Roca recomienda seguir estas medidas preventivas:

  • Lavar las manos frecuentemente con agua y jabón.
  • Evitar tocarse los ojos.
  • No compartir toallas, maquillaje, lentes de contacto ni colirios.
  • Limpiar regularmente las superficies y ventilar los espacios cerrados.
  • Si alguien está contagiado, debe aislarse al menos entre 5 y 7 días, tiempo en el que puede seguir transmitiendo el virus.

Tratamiento y cuidados

La conjuntivitis viral no requiere antibióticos, ya que suele mejorar sola entre los 7 y 10 días. El tratamiento está enfocado en aliviar los síntomas:

  • Aplicar lágrimas artificiales para reducir la irritación.
  • Usar compresas frías sobre los ojos cerrados.
  • En casos de mucha incomodidad, el oftalmólogo puede recetar antiinflamatorios tópicos suaves.
  • Mientras dure la inflamación, no se deben usar lentes de contacto.

La especialista advierte que si el paciente presenta dolor intenso, secreción amarilla-verdosa, pérdida de visión o si los síntomas empeoran, es indispensable acudir al oftalmólogo. “La automedicación puede ser riesgosa. No se deben reutilizar antibióticos o gotas prescritas en otros episodios, ya que cada caso es distinto”, remarcó Roca.