Recibir un diagnóstico de cáncer ginecológico es una experiencia que suele venir acompañada de incertidumbre, ansiedad y muchas preguntas. En ese contexto, una segunda opinión médica puede ser crucial no solo para confirmar el diagnóstico, sino también para modificar el tratamiento, evitar cirugías radicales y mejorar significativamente el pronóstico de vida.
“Una visión oncológica de segunda opinión adecuada puede definir el diagnóstico correcto, modificar la estrategia de tratamiento o encontrar nuevas alternativas”, afirma el Dr. Gino Venegas, ginecólogo oncólogo de la Clínica Anglo Americana.
Este tipo de revisión médica es especialmente importante en casos complejos, como los tumores de ovario, que requieren decisiones quirúrgicas precisas durante la operación, o las lesiones premalignas del cuello uterino de alto grado, donde podría existir un cáncer microinvasor que, con una evaluación adecuada, permitiría preservar la fertilidad de la paciente.
Una revisión que puede cambiar el rumbo
Para el Dr. Venegas, acudir a un segundo especialista no significa desconfiar del primero, sino buscar el mayor beneficio médico posible. “La intervención del ginecólogo oncólogo en el momento adecuado puede significar la curación de la paciente o la prevención de tratamientos innecesarios”, enfatiza.
La segunda opinión no solo permite tomar mejores decisiones clínicas, sino que también ofrece opciones terapéuticas personalizadas, alineadas con protocolos internacionales, y brinda una mirada integral del caso, a menudo ausente en evaluaciones generales.
Importancia de acudir a centros especializados
El especialista recomienda que las pacientes busquen atención en clínicas con experiencia específica en ginecología oncológica, ya que estas cuentan con equipos capacitados para el manejo de casos similares, así como con recursos técnicos y humanos alineados con los más altos estándares internacionales.
Lejos de representar una demora, el proceso de segunda opinión debe entenderse como una etapa esencial del tratamiento. “No se debe considerar tiempo perdido. Es necesaria, especialmente ante un planteamiento quirúrgico, y debe gestionarse con rapidez”, agrega el especialista.
Además del valor clínico, la segunda opinión cumple un rol emocional y educativo. Ayuda a la paciente a comprender mejor su diagnóstico, a conocer sus opciones y a enfrentar el proceso con más seguridad y confianza.
“Toda paciente debe tener una consulta de segunda opinión. No significa dudar de tu médico, sino buscar tu beneficio y nuevas opciones”, concluye el Dr. Venegas.