La combinación de clima húmedo, uso prolongado de calzado cerrado y alta actividad física convierte a los pies de los niños en un ambiente ideal para hongos y bacterias. En esta temporada escolar, muchos pequeños pasan hasta 10 horas seguidas con zapatos cerrados, situación que puede derivar en mal olor, pie de atleta e incluso deformaciones como juanetes o dedos en garra, advierte la Lic. Angela Catalina Aguirre Huerta, docente de Podología del Instituto Carrión.
“El calor y la humedad atrapados en el calzado, junto a la falta de ventilación, favorecen el crecimiento de microorganismos. Por eso, es vital que los padres tomen medidas preventivas para proteger la salud podológica de sus hijos”, explica Aguirre.
Claves para prevenir hongos y mal olor en los pies de los niños
- Elegir el calzado adecuado: Opta por materiales transpirables como cuero o tejidos técnicos. Asimismo, evita el plástico o goma, que retienen la humedad. Y no uses zapatos heredados sin revisar el ajuste correcto.
- Fomentar la higiene diaria: Lavar los pies con agua tibia y jabón neutro todos los días. También secar bien entre los dedos para evitar la proliferación de hongos. En casos de sudoración excesiva, aplicar polvos antimicóticos.
- Cambiar los calcetines y ventilar el calzado: Usar calcetines de algodón y cambiarlos a diario. Evitar usar el mismo par de zapatos dos días seguidos. Utilizar plantillas removibles y desodorantes para calzado.
La especialista añade que, ante signos como enrojecimiento, picazón o cambios en las uñas, se debe acudir a un podólogo. La prevención en la infancia es clave para evitar complicaciones futuras.
Con medidas simples y atención diaria, es posible garantizar que los niños disfruten de sus actividades sin incomodidades ni riesgos para su salud.