Recientemente, el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) emitió un aviso de alerta ante la posibilidad de activación de quebradas debido a las lluvias pronosticadas en Lima. Estas precipitaciones podrían provocar acumulaciones de agua y generar inundaciones con posible contaminación por el arrastre de residuos y el desborde de alcantarillas, lo que, a corto y mediano plazo, representaría un riesgo para la salud pública.
Asimismo, las lluvias podrían contribuir a la propagación de enfermedades como chikungunya, fiebre amarilla y dengue. En el caso de este último, los contagios han alcanzado los 9,891 casos hasta la semana 5 de este año.
“Si bien los organismos oficiales como el Ministerio de Salud se encuentran realizando capacitaciones, inspecciones y fumigaciones para prevenir estas afecciones, es necesario que la población adopte medidas preventivas en sus hogares y comunidades”, advirtió la Dra. Paola Díaz, médico general de Sanitas Consultorios Médicos.
Por otro lado, la doctora resalta que el consumo de agua no potable, así como el estancamiento u obstrucción de alcantarillas a causa de las precipitaciones, puede generar el aumento de afecciones intestinales de origen bacteriano, viral y parasitario; y enfermedades a la piel de tipo inflamatorias o infecciosas.
“Se debe tener especial cuidado con los niños, mujeres gestantes y adultos mayores, ya que forman parte de la población de riesgo y son más propensos a presentar complicaciones graves, como deshidratación severa, afectaciones renales o infecciones diseminadas”, afirma la especialista.
En este contexto, la especialista brinda algunas recomendaciones esenciales para prevenir y evitar problemas de salud durante las lluvias:
- Mantener una correcta alimentación e hidratación. Es recomendable hervir el agua correctamente, así como lavar los alimentos antes del consumo para evitar posibles infecciones. Por otro lado, el cambio de temperatura puede provocar deshidratación por los golpes de calor de este verano, por lo que es importante consumir abundantes líquidos durante el día.
- Mantener los reservorios de agua cubiertos. Se conoce que los criaderos de mosquitos no se desarrollan necesariamente en aguas sucias, por lo que los cilindros, barriles, baldes y bidones se deben cubrir correctamente para evitar la proliferación de estos insectos. Asimismo, resulta clave conservar limpios los techos, las canaletas de las viviendas y cualquier área propensa al estancamiento hídrico generado por las lluvias.
- Cuidar la piel de las picaduras de insectos. Tras las precipitaciones y el aumento de mosquitos, es necesario usar repelentes seguros y eficaces. Se recomienda aplicarlos cada 4 horas en las zonas de mayor riesgo y cada 8 en el resto del cuerpo. Además, optar por vestir con ropa holgada, camisas y pantalones largos. Por otro lado, instalar mosquiteros en el dormitorio, ya sea en la cama o en la cuna de los bebés, brinda protección durante la noche.
- Acudir a los servicios de salud ante la presencia de signos de alarma. Es crucial que la población acuda al médico cuando identifique señales, como temperatura mayor a 39°C, náuseas, vómitos, dolor muscular, sangrado, entre otros. Un diagnóstico oportuno permite controlar la enfermedad y evitar su progresión a formas graves, que pueden causar hemorragias, afectación de órganos vitales e incluso la muerte.
Por otro lado, la Dra. Paola Díaz resalta la importancia de que las autoridades implementen medidas de prevención para preservar el bienestar de la población vulnerable, de igual forma, “que las personas que residen en zonas expuestas a deslizamientos o cercanas a ríos sigan las recomendaciones de las autoridades y tomen precauciones como almacenar agua potable de forma segura y contar con insumos básicos para emergencias. Estas acciones son clave para reducir el riesgo de enfermedades infecciosas y gastrointestinales, que suelen incrementarse en estas situaciones”, agrega.
Finalmente, la doctora reitera que la prevención y el acceso oportuno a la salud son clave en estas situaciones de emergencia.