Ver bien es aprender mejor. Alteraciones visuales como la miopía, hipermetropía, astigmatismo, ambliopía o estrabismo, si no son diagnosticadas a tiempo, pueden tener un impacto directo en el desarrollo infantil y en el desempeño académico de los escolares.
En un contexto donde la educación busca ser más inclusiva, la salud ocular infantil se convierte en un factor esencial que a menudo pasa desapercibido. Detectar y corregir problemas de visión no solo favorece el aprendizaje, sino que elimina barreras que dificultan la participación plena de los niños en la escuela, en el deporte y en la vida social.
El Dr. Raúl Swayne, especialista en Oftalmopediatría y Estrabismo de Oftálmica Clínica de la Visión, subraya la importancia de la detección temprana. “El 85 % de nuestra percepción proviene del sentido de la vista y cerca del 80 % de la información que recibe un niño en la etapa escolar llega a través de ella. Cuando un niño no ve bien, no solo enfrenta dificultades para leer o escribir; también puede quedar excluido de actividades deportivas, artísticas o de socialización, lo que impacta en su autoestima y desarrollo integral”, advierte.
Principales problemas visuales en la edad escolar
- Miopía: dificultad para ver de lejos.
- Hipermetropía: problemas para enfocar de cerca.
- Astigmatismo: visión borrosa o distorsionada en cualquier distancia.
- Ambliopía u “ojo perezoso”: visión reducida en un ojo, requiere tratamiento temprano.
- Estrabismo: desviación ocular que afecta la percepción de profundidad.
- Discromatopsias (daltonismo): dificultad para percibir algunos colores.
Recomendaciones para padres y docentes
En el hogar:
- Fomentar rutinas de higiene y evitar frotarse los ojos.
- Limitar el tiempo frente a pantallas aplicando la regla 20-20-20.
- Promover actividades al aire libre para prevenir la progresión de la miopía.
- Garantizar una dieta rica en vitaminas A, C, D y omega 3.
- Proteger la vista con gafas de sol adecuadas.
- Asegurar una correcta iluminación en los espacios de estudio.
En las escuelas:
- Realizar charlas y actividades de prevención visual.
- Garantizar aulas con buena iluminación y evitar reflejos.
- Promover el uso adecuado de lentes en los niños que lo necesiten.
“Implementar estas estrategias en casa y en el colegio contribuye a crear una cultura de prevención que asegure la salud ocular y el desarrollo integral de los estudiantes, brindando igualdad de oportunidades para aprender y crecer en las mejores condiciones”, concluye el Dr. Swayne.