Según el Ministerio de Salud (Minsa), en verano aumentan en 50% los casos de sarpullido en bebés, siendo los menores de seis meses los más afectados.
Según el Ministerio de Salud (Minsa), en verano aumentan en 50% los casos de sarpullido en bebés, siendo los menores de seis meses los más afectados.

Las altas temperaturas del verano pueden provocar una serie de complicaciones en la delicada piel de los bebés. Estas van desde insolaciones hasta alteraciones frecuentes, como lo es el sarpullido, conocido también como “miliaria” o “erupción por calor”, y se produce cuando los poros de la piel se obstruyen debido al sudor, causando pequeñas protuberancias rojas.

Las zonas afectadas más frecuentes son el pecho, la nariz, el cuello, la espalda y los pliegues de la pierna. Asimismo, esto puede ser causado por varias razones como el calor, la sudoración, pañales, humedad, reacciones alérgicas, picaduras de insectos, exposición excesiva al sol, entre otros. Según el Ministerio de Salud (Minsa), en verano aumentan en 50% los casos de sarpullido en bebés, siendo los menores de seis meses los más afectados.

“Es importante recordar que cada bebé es único, por lo que la causa de un sarpullido puede variar. Sin embargo, debemos tener en cuenta que esta es una preocupación común durante los meses más cálidos. Por ello, es ideal mantener a nuestro bebé fresco con ropa ligera y cambiar los pañales con regularidad por la humedad. En casos de que el sarpullido persista y las molestias vayan en aumento, siempre se recomienda buscar la orientación de un pediatra”, afirma la Mg. Jocelyn Chávez, docente de Enfermería en el Instituto Carrión.

Teniendo en cuenta ello, la especialista brinda una serie de consejos para prevenir el sarpullido en bebés duarte el verano.

  1. Mantener la piel fresca y seca: Durante los meses cálidos es crucial mantener la piel del bebé fresca y seca. Cambia los pañales regularmente para evitar la humedad, debido a que esto contribuye al desarrollo de sarpullido. Asimismo, asegúrate secar bien los pliegues de la piel, donde el sarpullido es más propenso a desarrollarse.
  2. Aplicar protector solar adecuado: La piel delicada de los bebés es más susceptible a las quemaduras solares. Utiliza protector solar diseñado específicamente para bebés con un alto factor de protección solar (FPS). Asimismo, evita la exposición directa al sol durante las horas pico y busca sombra siempre que sea posible.
  3. Utilizar ropa holgada y transpirable: Opta por ropa holgada y transpirable, como la de algodón, que permita una buena circulación de aire. Esto ayudará a prevenir la irritación y facilitará la evaporación del sudor, reduciendo así el riesgo de sarpullidos.
  4. Evitar productos químicos agresivos: Al elegir detergentes, lociones y productos para el cuidado del bebé, selecciona aquellos que sean hipoalergénicos y libres de fragancias y químicos agresivos. Esto ayuda a prevenir posibles reacciones alérgicas que podrían contribuir a la irritación de la piel.
  5. Hidratar la piel regularmente: Mantén la piel del bebé bien hidratado aplicando una crema o loción hidratante suave. Esto es especialmente importante después de bañar al bebé. La hidratación adecuada ayuda a fortalecer la barrera cutánea y puede prevenir la sequedad y el desarrollo de sarpullidos.

“La prevención y el cuidado proactivo son clave para garantizar la comodidad y el bienestar de los bebés durante los meses de verano y en cualquier época del año”, afirma la especialista del Instituto Carrión.

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