Su uso va más allá del ámbito deportivo. Aplicada correctamente, puede mejorar el bienestar integral.
Su uso va más allá del ámbito deportivo. Aplicada correctamente, puede mejorar el bienestar integral.

La terapia con testosterona (TRT) ha dejado de ser un tema exclusivo del rendimiento físico o la masculinidad tradicional. Hoy, hombres y mujeres consultan por igual sobre sus beneficios para el bienestar físico, emocional y hormonal, especialmente en etapas de envejecimiento o ante cuadros clínicos específicos como el hipogonadismo.

En este contexto, especialistas destacan la importancia de aplicar esta terapia de manera personalizada, bajo diagnóstico médico y con monitoreo constante. “La testosterona regula funciones clave como el estado de ánimo, la energía, la libido, la masa muscular y la densidad ósea. Su déficit puede afectar seriamente la calidad de vida”, señala la Dra. Elizabeth Polo, asesora médica en investigación clínica.

Entre los beneficios clínicamente comprobados de la TRT en varones con déficit confirmado, están la mejora del ánimo, la vitalidad y la función sexual. Sin embargo, el tratamiento requiere una evaluación hormonal integral, ya que no está exento de riesgos si se administra sin control.

Formas de administración y sus ventajas

La elección del tipo de administración es crucial para obtener buenos resultados y minimizar efectos secundarios. Entre las opciones más comunes están:

  • Inyecciones: intramusculares o subcutáneas, efectivas pero con posibles variaciones hormonales.
  • Geles y parches: liberan testosterona de forma sostenida, aunque pueden irritar la piel o transferirse por contacto.
  • Cápsulas orales: convenientes, pero deben tomarse con alimentos; pueden elevar la presión arterial.
  • Pellets subcutáneos: implantes que liberan testosterona de manera continua por meses; requieren procedimiento médico.

“El uso de pellets representa una alternativa moderna y cómoda, aunque no es para todos los pacientes”, advierte la doctora.

Precauciones y contraindicaciones

Entre los riesgos potenciales de una TRT sin control están el acné, alteraciones del perfil lipídico, aumento del hematocrito, hirsutismo o exacerbación de apnea del sueño. También puede agravar condiciones prostáticas preexistentes.

Por ello, el tratamiento está contraindicado en personas con cáncer de próstata o mama activo, apnea severa no tratada o antecedentes recientes de eventos cardiovasculares.

Uso en mujeres

En mujeres, especialmente en etapa posmenopáusica o con trastorno del deseo sexual hipoactivo (TDSH), la TRT puede tener un rol beneficioso, siempre que se maneje con dosis específicas y control riguroso. Aunque su uso aún no tiene aprobación en todos los países, diversas guías clínicas internacionales respaldan su aplicación con base médica.

La clave: tratamiento personalizado y seguro

El abordaje médico actual prioriza tratamientos adaptados al perfil de cada paciente, ajustando dosis y presentaciones para asegurar efectividad, seguridad y adherencia. Bajo estos principios, el desarrollo de nuevas alternativas como los pellets subcutáneos representa un paso adelante en la medicina personalizada.