Javier Lesaca: "Hay que desconfiar de lo que llegue por WhatsApp"
Javier Lesaca: "Hay que desconfiar de lo que llegue por WhatsApp"

Las noticias falsas y las campañas de desinformación son los nuevos enemigos que hoy enfrentan los medios de comunicación, los gobiernos y el mundo entero.

Tras participar en el II Encuentro de Periodismo de Investigación -organizado por la Unión Europea, Ipys y el Consejo de la Prensa Peruana-, el investigador Javier Lesaca reflexiona sobre la necesidad de que el ciudadano desconfíe de la información que le llega a su celular a través de las redes sociales o el WhatsApp, a fin de evitar ser manipulado con las llamadas “fake news”.

¿En qué consisten las campañas de desinformación?

Esta campaña genera una narrativa maliciosa contra las estructuras o las instituciones de un Estado, con el objetivo de polarizar la opinión pública y dañar la cohesión social de un país, que es la base de una democracia liberal.

¿Cómo funciona este sistema de desinformación?

Mediante redes o medios de comunicación no convencionales de reciente creación. Después, esas narrativas se distribuyen a través de cuentas de redes sociales anónimas y automatizadas.

¿Cuáles son las plataformas más utilizadas? 

Son singulares dependiendo de los países. Twitter, Facebook y YouTube son las más usadas y llegan a la mayor cantidad de audiencia.

¿Qué perjuicio causan en los ciudadanos? 

Generan un problema de polarización social. Un Estado se basa en un grupo de ciudadanos que tiene una cohesión social respecto a un modelo de Estado. Si se generan narrativas en las que se van aumentando vulnerabilidades sobre temas que causan gran tensión, esa opinión pública se va enfrentando y se hace más débil.

¿Por ejemplo?

La crisis de los chalecos amarillos en Francia, que tiene un origen real; es decir, hubo un aumento en el precio de los combustibles que enfureció a los ciudadanos. Sin embargo, eso ha sido explotado por agentes ocultos que aprovechan este acontecimiento para dañar a Francia como Estado.

El ciudadano tiene que ser consciente de que puede ser manipulado... 

Sí, la manera más eficaz y sostenible de acabar con este problema es educar sobre consumir información de manera proactiva. Es importante que los ciudadanos se aproximen a los medios de comunicación. No que se informen en base a lo que un algoritmo a través de una empresa le pueda mostrar.

Hablamos de Facebook, por ejemplo... 

Efectivamente, porque si Facebook presupone que estás de acuerdo en la lucha social, en la reivindicación de los ganaderos de Francia porque les han subido el combustible, te va a acabar sugiriendo solamente información que apoya esas tesis, incluyendo muchos medios o perfiles que están aprovechando esa crisis legítima para meter otro tipo de narrativas.

¿Cómo el ciudadano puede identificar que esta noticia que le llega al Facebook o al WhatsApp es falsa?

En el caso de cualquier información que llegue de fuentes no creíbles o que no tiene una fuente real, hay una naturaleza potencialmente desinformativa. Pongámonos alerta ante cualquier noticia que llegue de una cuenta que no ha sido verificada. En segundo lugar, si me la manda mi amigo, hay que saber de qué medio es. Si es un pantallazo, no te fíes de ello.

¿Hay que desconfiar de las cadenas que llegan a través de WhatsApp? 

Siempre, hay que desconfiar de cualquier cadena que llegue a través de mensajería privada. No digo que todas sean falsas, pero hay que poner una alerta especial siempre. Eso es muy importante.

En una columna de El País decías que la desinformación es más adictiva que la cocaína... 

Sí, porque apela a sentimientos. Esta es una lucha inherente al ser humano, entre la razón y el sentimiento, el corazón y la cabeza. Nos gusta creer más al corazón que a la cabeza. Por eso las narrativas de desinformación apelan mucho más a sentimientos que a hechos reales.

Datos

- 1300 videos de Estado Islámico analizó Lesaca para el libro 'Armas de seducción masiva'.

- 3 años duró la investigación para la propaganda y comunicación de Estado Islámico.

Perfil

Javier Lesaca. Investigador. Especialista desarrolla un estudio sobre las campañas de desinformación y “fake news” en Europa. Antes ha estudiado los mensajes audiovisuales del Estado Islámico (EI).