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Diez años demoró el traslado de al menos 20 petroglifos prehispánicos a una zona segura en Yarabamba.

El trabajo de recuperación, embalaje y desmontaje de las rocas de gran tamaño fue solicitado por Sociedad Minera Cerro Verde y bajo la supervisión del Ministerio de Cultura, con la finalidad de despejar un espacio que sería luego utilizado para la planta de relaves de la empresa minera.

El director de la Oficina Denconcentrada de Cultura, Franz Grupp, indicó que el ahora denominado tambo prehispánico supuso un trabajo detallado de registro y estudio de cada una de las piezas a mover, para no afectar su valor.

“Hay antecedentes sobre estos hechos y se enmarcan en el Reglamento de Intervención Arquitectónica, así que no es un asunto que pueda ser manipulado a discreción”, detalló.

A principios de setiembre, Cultura emitió una resolución que pone fin al proceso de traslado y retira la denominación de protegida a la zona donde se hallaban los restos, mientras se da seguridad al tambo.

Acotó que hace varios años, Egasa hizo algo similar al trasladar una capilla antigua que podía ser afectada por su expansión. Está ahora en una zona más alta.

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