Desde siempre tuvo cariño por este medio de comunicación que ella vio nacer. Foto: GEC.
Desde siempre tuvo cariño por este medio de comunicación que ella vio nacer. Foto: GEC.

De mirada tierna, de paso pausado, siempre sonriente, bromista y alegre, así era doña Zoila Margarita Villanueva Gutiérrez o más cariñosamente llamada “Mamá Nieves”.

Aún recuerdo, al igual que muchos arequipeños seguramente, llegar a la Picantería Nieves, en el distrito de Hunter, y ser recibido por doña Zoila, sentada en una silla por los años, pero siempre vigorosa, y es que ella siempre lo quiso así, la gastronomía arequipeña lo fue todo en su vida. Pero, un 8 de junio de 2025, su luz se apagó y dejó un profundo dolor en Arequipa, Doña Zoila, la matriarca más longeva de la Picantería Arequipeña, a muy poco de cumplir 91 años, dejó este mundo terrenal para pasar a una existencia infinita, a ser parte del legado arequipeño.

VIDA

Nuevamente, visitamos la picantería, es cierto, falta alguien, nos damos cuenta, su hija Tatiana Villavicencio es quien nos recibe, siempre sonriente, pero su voz se entremezcla con nostalgia y recuerdos.

Quizás muchas personas no lo sepan, pero Mamá Nieves viene de un linaje de picanteras y chicheras, nació el 27 de junio de 1934 en Sachaca, Arequipa, creció entre fogones y sabores, aprendiendo desde pequeña los secretos de la cocina arequipeña junto a su madre.

Con el paso de los años, contrajo matrimonio con Leandro Villavicencio Valdivia, tuvo 11 hijos, y entre ellos, algunos continuaron con esta herencia gastronómica.

Ella era muy conocida por su sazón y es por eso que en 1979, decide fundar la Picantería Nieves, un lugar tan acogedor que con el paso de los años no ha perdido esa esencia. “Mi mamá siempre fue una mujer de carácter fuerte, pero siempre extendió la mano a quien lo necesitaba, incluso en circunstancias muy difíciles, por eso mucha gente la quería”, nos narra con mucha nostalgia su hija Tatiana Villavicencio.

FORTALEZA

A Mamá Nieves no la tumbaba nada, era de esas mujeres únicas que tenían una fortaleza envidiable mezclada con un corazón de oro, su hija Tatiana nos cuenta que fue un pilar social, fue líder comunitaria, cuando el miedo era infundado por el terrorismo, o cuando el cólera amenazaba a la población, ella estuvo siempre lista para ayudar. Ni siquiera el COVID-19, pudo con ella, salió airosa de esta pandemia que azotó a todo el mundo.

“Mi madre participó en concursos, ganó reconocimientos y ayudó a cambiar la percepción de la picantería, elevándola a símbolo de identidad y orgullo femenino. Gracias a su participación en la Sociedad Picantera de Arequipa, en 2014 este oficio fue reconocido como Patrimonio Cultural de la Nación”, agregó Tatiana, quien recuerda que también su madre lideraba degustaciones gratuitas para la población.

RECONOCIMIENTO

Todo ese esfuerzo, esa sazón, ese legado, quedará como parte de la historia de Arequipa y de las picanteras y picanteros de la nueva generación.

En este 485.º Aniversario de Arequipa, era imposible no reconocer todos sus atributos que dejó.

En una ceremonia, la Municipalidad Provincial de Arequipa (MPA), entregó el diploma y medalla de oro de la ciudad en reconocimiento por todo su aporte a la gastronomía arequipeña. La ceremonia fue presidida por el alcalde Víctor Hugo Rivera.

Días antes, en la Fiesta de la Chicha, también la Sociedad Picantera rindió un homenaje a Doña Zoila, ahora llamada la Decana de la Picantería Arequipeña.

Sin duda, una sola página sería insuficiente para describir todo el legado que deja a Arequipa, solo nos queda decir: Gracias Mamá Nieves, nuestra picantera más longeva.

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