consumió al menos 24 viviendas en el centro poblado Nuevo Molino, ubicado en la calle Fermín Tangüis, en la provincia de Pisco. El siniestro, considerado uno de los más devastadores ocurridos en la zona, se inició alrededor de las 7:26 de la noche del domingo 29 de junio, dejando a decenas de familias prácticamente con lo puesto

Quedaron en la calle

Según reportes preliminares, el fuego dejó a 24 familias sin hogar, con todos sus enseres reducidos a cenizas, varios animales domésticos y de corral calcinados, así como personas con quemaduras de primer grado. El olor a gas en la zona, donde muchas viviendas cuentan con conexión domiciliaria, generó temor de una posible explosión; sin embargo, técnicos especializados verificaron la red al día siguiente y descartaron fugas peligrosas.

Ante la magnitud del incendio, fue necesaria la intervención de 10 unidades vehiculares y 52 bomberos voluntarios, que llegaron desde diversas compañías de Ica: la B38 de Chincha, B37 de Pisco, B90 de Túpac Amaru Inca y B157 de San Clemente. A pesar de las limitaciones logísticas que enfrentan, los bomberos lograron controlar el fuego después de varias horas de intenso trabajo.

Durante el caos, algunas familias intentaban salvar sus pertenencias colocándolas en la vía pública, lo que dificultó el acceso de los vehículos de emergencia. Lamentablemente, se reportaron actos de hurto por parte de delincuentes que aprovecharon el desorden para llevarse las pocas pertenencias que los damnificados intentaban rescatar. Testigos aseguraron que no se observó presencia policial durante las primeras horas de la emergencia.

El apoyo con camiones cisterna de agua fue clave para contener las llamas. Este provino de la Municipalidad Provincial de Pisco, así como de las municipalidades distritales de San Clemente, Paracas, San Andrés y Túpac Amaru Inca, además de la empresa Emapisco.

La emergencia ha golpeado con especial crudeza a los niños de la zona, quienes han perdido todos sus útiles escolares, uniformes y pertenencias personales. Muchos permanecen con la ropa que llevaban puesta la noche del incendio. La remoción de escombros continúa en toda la manzana afectada, y no se descarta que el número de familias damnificadas aumente con el paso de las horas.

La tragedia en Nuevo Molino se suma a una serie de hechos lamentables que han venido afectando a esta comunidad en los últimos meses, y pone nuevamente en evidencia la urgencia de contar con mejores sistemas de prevención y respuesta ante emergencias en las zonas más vulnerables del país.

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