La especialista en Educación Inicial de la DREP, Nora Choquehuanca, y de Desarrollo Social del Gore, Mervi Requena, coinciden en que el trato que reciban los niños en su temprana edad tendrá impacto en su salud mental.
La especialista en Educación Inicial de la DREP, Nora Choquehuanca, y de Desarrollo Social del Gore, Mervi Requena, coinciden en que el trato que reciban los niños en su temprana edad tendrá impacto en su salud mental.

La pandemia por la COVID-19 dejará efectos de largo plazo, no solo en el aprendizaje de los niños y niñas por la falta de clases presenciales, sino en su estabilidad emocional debido al aumento de la violencia en el hogar.

Estudio

Un reciente estudio del Grupo de Investigación Relaciones Vinculares y Desarrollo Socioemocional del Departamento de Psicología de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), Copera Infancia y la Fundación Baltazar y Nicolás, reveló que los cuidadores (padres, madre o algún otro familiar) ejercieron violencia psicológica (gritos) y aplicó castigo físico contra niños entre los seis meses y 6 años de edad.

En el 56% de los cuidadores encuestados reconoció que algunas, muchas veces o siempre llaman la atención a los pequeños gritándoles.

El 43% de los cuidadores afirmó haber golpeado con una palmada en el trasero del menor; el 12% lo sacudió con violencia; el 20% aplicó golpes en las extremidades; el 5% le dio una bofetada o palmada en la cabeza y el 1% aceptó que le dio una paliza.

Se trata de menores que sin pandemia deberían estar en el colegio, pero por las medidas sanitarias deben permanecer en casa, no siempre bajo el mejor cuidado y trato posible.

De acuerdo a la especialista de Educación Inicial de la Dirección Regional de Educación de Piura, Nora Amelia Choquehuanca Reyes, la violencia física como medida disciplinaria tendrá un efecto negativo a largo plazo en la formación de los niños y niñas.

“El trato que reciba el niño o niña durante sus primeros años de vida tiene un impacto importante en su salud mental. La mejor manera de intervenir es prevenir esta violencia mediante una crianza respetuosa y saludable libre de violencia. Y en los casos de niños y niñas que ya sufren las consecuencias de violencia, es importante las intervenciones legales para proteger sus derechos, así como la atención psicopedagógica oportuna tanto al niño como a la familia”, explicó Nora Choquehuanca Reyes al comentar el estudio.

Ante estos índices de violencia, Mervi María Requena Rosillo, del Soporte psicológico de la Subgerencia Regional de Desarrollo Social del Gobierno Regional de Piura, recomendó implementar estrategias de sensibilización para fortalecer la crianza respetuosa.

“Se debe implementar una estrategia de sensibilización dirigida a las familias para fortalecer las competencias parentales a favor de una crianza respetuosa y saludable libre de violencia, así como la promoción de la gestión emocional de los cuidadores y psicoeducarlos acerca de su rol como tales”, comentó Requena Rosillo.

A su turno, Choquehunaca exhortó a los cuidadores a informarse sobre las fases del desarrollo infantil para corregir a los menores de manera correcta y así evitar las agresiones.

“Se deben informar para que puedan comprender cuál es el proceso que atraviesa el niño o niña como parte de su crecimiento y desarrollo temprano, y qué necesita para desarrollarse en cuanto al apego seguro, acompañamiento, juego, etc. Además, concientizar sobre la disciplina positiva, incluyendo métodos y estrategias con evidencias actuales que resultan más efectivos para abordar esos comportamientos, tales como explicar a sus niños/as por qué su comportamiento estuvo mal, quitarles un privilegio o algo que les gusta hacer”, dijo.

Sobre los cuidadores, el 89.4% son mujeres y el 48.5% tiene entre 26 y 35 años.

Sin embargo, el castigo físico y emocional no es lo único que deben afrontar los pequeños en sus hogares. A esto hay que sumar que no reciben la atención necesaria para desarrollar habilidades mediante el juego.

Se trata de menores entre 3 a 5 años en su mayoría que deberían recibir una adecuada estimulación que remedie en parte la falta de educación presencial del nivel inicial.

Más del 56% de los cuidadores encuestados revela que juega menos de 30 minutos al día con sus hijos.

Ambas especialistas recomendaron apostar por la educación lúdica con los niños y niñas durante los primeros años de vida debido a que interactúan con su entorno a través de los sentidos, requieren una estimulación adecuada y un entorno favorable para poderse desarrollar debido a que el aprendizaje y el desarrollo de sus capacidades tempranas en los niños y niñas se origina mediante el juego.

“Permitirles que exploren y aprendan a través del ensayo y error; con un acompañamiento óptimo. Por ello es importante crear espacios y condiciones en el hogar y en los espacios públicos para que los niños y las niñas jueguen con seguridad, autonomía e interacción social”, manifestó Mervi Requena.