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"Estuve mucho tiempo tratando de quedar embarazada, sin embargo todos los diagnósticos apuntaban a que jamás podría tener hijos, pero me encomendé con toda la fe a la Virgen de las Peñas y luego de haberla visitado, al año siguiente supe que iba a ser madre de dos hermosos mellizos, los que ahora se encuentran conmigo gozando de muy buena salud y quienes me acompañan a pagar la manda por el favor concedido".

Con esta historia peregrina Mery Rondinel (50) emprendía su viaje al santuario ubicado en el poblado de Livilcar, aproximadamente a 80 kilómetros de Arica, junto a sus retoños Brando y Alison Pareja, ambos de 11 años.

Dionisio Mendoza (44), en tanto, manifestó que es la tercera vez que camina por el angosto y pedregoso sendero del camino con dirección al santuario de Arica.

"A mis 44 años me siento como un roble, y eso se lo debo a la virgencita; le vengo a agradecer por cuidar a mi familia y mantenerme con vida", expresó Mendoza.

Así como la familia Rondinel Pareja y don Dionisio, fueron cientos los devotos religiosos que una vez más fueron congregados para rendirle un homenaje a la Virgen de las Peñas y participar de las festividades.

Desde temprano comenzaron a llegar los asistentes a la popular fiesta religiosa, los que tendrían que abordar una de las micros con destino al santuario, dispuestas en Diego Portales de esa ciudad.

Eduardo Vega lleva tres décadas trabajando como conductor durante las celebraciones y antes de emprender una nueva ruta con dirección a Livilcar, se tomó un par de minutos para referirse a la concurrencia de público.

"Este año podríamos decir que el flujo de pasajeros aumentó considerablemente, diría que un 30% por sobre otros años, y la gran mayoría viaja para pagar sus mandas o porque lo hace por primera vez", comentó el chofer.

Misma opinión mantiene Maximiliano León, respecto de la afluencia de peregrinos que se dirigen a la capilla por estas fechas.

"La comunidad en general se ha portado un siete, llegando temprano para ser partícipe de las celebraciones y a diferencia de otras oportunidades, vienen preparados con los implementos necesarios para saludar a la Virgen", señaló el conductor.

Y eso bien lo sabe Mauro Ajata (35), locatario del único puesto de sombreros y linternas ubicado en el sector donde aguarda la locomoción.

"Últimamente, los fieles se preparan con anticipación para el traslado, pero siempre se les olvida llevar linternas y para estamos acá, al pie del cañón".

(La Estrella de Arica)

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