Se comportaba como un niño, al parecer tenía un problema de salud mental, no sabía su nombre. (Foto: Difusión)
Se comportaba como un niño, al parecer tenía un problema de salud mental, no sabía su nombre. (Foto: Difusión)

Un varón de unos 30 a 32 años de edad que hace dos años y medio vivía en la indigencia fue encontrado muerto a las 6 h entre las calles Melgar y Arequipa de la Junta Vecinal La Victoria en Tacna. Tenía evidencias de lesiones antiguas sin tratar y una herida reciente en el labio inferior producto de una agresión y que viene siendo investigado por la Policía.

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Después se conoció que el occiso era un joven tal vez con problemas de autismo, quién antes de la pandemia había aparecido en la ciudad de Tacna y frecuentaba los alrededores del Centro Comercial Polvos Rosados. Era de poco hablar, algunos comerciantes de la calle Uruguay le decían “Calichín”, hasta que dicha persona cayó en las garras del alcoholismo y no recibió ayuda.

Llegó a Tacna por error

Una vez “Calichín” contó a un comerciante que no sabía su nombre ni cómo había llegado a Tacna. Solo recordaba que vivía en Juliaca (Puno) y un día subió a un bus. Se cree que el joven enfermo pensó que el vehículo era de servicio urbano y no uno interprovincial que lo traería a Tacna.

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Después la situación del joven se hizo más dramática con el aislamiento obligatorio por la COVID-19, ya que dormía en las calles y parques del Alto de la Alianza, especialmente en las cercanías de “Polvos Rosados”. Un día llegó a la zona del Parque Industrial donde algunos locales nocturnos funcionaban a puerta cerrada.

“Era como un niño”

“Contó que en Juliaca nunca había tomado licor, hasta que en un local del Parque Industrial le dieron la oportunidad de ganarse una propina recogiendo las botellas vacías de cerveza y empezó a tomar el sobrante de los envases. Dijo que lo hacía porque tenía sed y le agarró gusto. Así se volvió aficionado al alcohol”, refirió el comerciante Rubén M.A. lamentando el deceso.

Otro contó que “Calichín” parecía un niño y era tranquilo, al que llevó tres veces a centros de vacunación contra la COVID-19 y lo rechazaron por indocumentado.