“Si ya es difícil hacer entender que una tableta vale 20 o más soles, no quiero ni imaginar lo que sucederá cuando llegue a los 30”, escribe Vanessa Rolfini.
“Si ya es difícil hacer entender que una tableta vale 20 o más soles, no quiero ni imaginar lo que sucederá cuando llegue a los 30”, escribe Vanessa Rolfini.

Dos hechos extraordinarios están afectando directamente al cacao y chocolate en Perú. El primero son los altos precios del cacao en el mercado internacional y, el segundo, anuncio reciente de nuevo gobierno norteamericano, de hacer una pausa en las ayudas de USAID para reevaluar lo que han venido haciendo hasta ahora.

Hoy me enfoco en los emprendedores del chocolate nacional, esos que trabajan a pequeña escala, con diversos años de experiencia y filosofías de trabajo, unidos por el uso de cacao de calidad, exploración de las variedades y sus perfiles, técnica en el taller y aprendizaje para ser más asertivos en mercadeo y redes sociales.

Delicious milk chocolate and cocoa powder on grey table, closeup
Delicious milk chocolate and cocoa powder on grey table, closeup

Una puesta en valor puertas adentro que poco a poco ha ganado espacio en los consumidores, que, han asimilado la idea que el chocolate de calidad es complejo, bueno para la salud y grita en cada bocado la riqueza de un Perú biodiverso, pero, que también es más costoso. En este universo, algunos emprendedores han actuado motu proprio, otros, con asistencia de organismos nacionales e internacionales, entre esos Usaid, cuya situación actual se hará sentir sí o sí.

¿50, 60 o más por ciento de aumento? ¿Quién lo paga? En los últimos meses, resulta común el aumento de la manteca o del licor de cacao. Por ejemplo, si hace un año estaba a 45 soles el kilogramo la manteca y ahora pasa los 80 o 90. A lo que se suma el incremento de otros ingredientes que no abordaré por el momento. Lo cierto, es los precios locales reflejan el precio internacional, y aunque algunos artesanos previendo la situación llenaron su stock; eventualmente se acabará y tendrán que asumir los nuevos costos.

Aquí entramos en una disyuntiva recontra complicada, porque no se le puede pedir a un productor que, exportando grano puede aspirar a un precio justo que refleje su labor, una disminución de los precios en el mercado local. Pero inevitablemente el valor del chocolate nacional se eleva y subirá más. Si ya es difícil hacer entender que una tableta vale 20 o más soles, no quiero ni imaginar lo que sucederá cuando llegue a los 30. Lo que resultará insostenible para muchos chocolateros. Por ejemplo, en la presentación del próximo Salón del Cacao y Chocolate Peruano, la productora Flor Orejón de chocolate Miskicha, dejó clara su preocupación por la situación de los emprendedores y pidió expresamente que no se desatienda el tema.

Recientemente, la Alianza Bioversity & CIAT, con el auspicio de otras instituciones publicó el catálogo de cacaos del Perú, una prueba irrefutable de la riqueza genética que tiene el fruto en este territorio, que con los años hemos aprendido a apreciar, diferenciar y aprovechar sus perfiles sensoriales. Lo que ha tomado no menos de dos décadas de trabajo de una cadena de valor comprometida que comienza en el campo, pasa por los talleres de fabricación y culmina en la apreciación del público. Sería doloroso y lamentable que se pierda el terreno ganado. Que no sea luz para afuera y oscuridad en casa.