Hasta hace un par de años, el cacao vivía a la sombra del café o, por lo menos, esa era la impresión que me daban las agendas de la convención anual que organiza la Cámara Peruana del Café y el Cacao, pero este año algo cambió porque convivieron a la par.
Se podría decir que es consecuencia los elevados precios del cacao y a que los expertos coincidan en afirmar que es el producto más rentable de la actualidad.
En este mundo tan caótico, Perú no puede zafarse de los temas que tienen de cabeza a la economía global como aranceles, regulaciones, hábitos de consumo, cambio climático, rutas marítimas, conflictos, plagas, entre otras. Pese a este entorno adverso, increíblemente, desde hace unos años la producción ha crecido sostenidamente y podría ser mayor si se atendieran carencias internas directamente vinculadas a la responsabilidad del Estado.
Sí, estamos obligados a mirar hacia afuera, lo cual trae sus ventajas y complicaciones.
Los principales temas de la edición 2025 de la convención anual fueron las regulaciones de la Unión Europea, que desde un par de años traen de cabeza a los productores; pero, los del Viejo Continente inexplicablemente no terminan de implementarlas, considerando que cuando las anunciaron daba la impresión que tenían cierta urgencia.
Pero lo más preocupante -creo yo- es que de este lado no estamos completamente listos para asumirlas porque, aunque resulte una paradoja, toda la pugna de los aranceles entre Europa y los Estados Unidos, nos ha hecho ganar tiempo, pero no lo hemos aprovechado.
Consideremos que Perú es un productor de fiar que se ha posicionado en un nicho increíblemente rentable. Sin embargo, lo urgente ha dejado de lado lo importante, por ejemplo, ya ni se menciona al cadmio o ganar espacio en el mercado de granos orgánicos que viene en caída.
¿Ha crecido la producción? Sí. ¿Gozamos de una situación de relativa ventaja comercial y geográfica? Sí. ¿Contamos con productos de excelente calidad que hemos aprendido a adecuar a los requerimientos internacionales? Da la impresión de que sí. O eso se infiere de las exposiciones de los expertos.
Valdría la pena preguntarnos –sin exceso de indulgencia-, qué hay que hacer al respecto de eso que en los foros llaman “retos”. En principio, me atrevo a afirmar que se requiere más apoyo gubernamental a los productores en temas como infraestructura, vialidad, créditos, asesoramiento, cuya carencia se nota mucho más después de la partida de Usaid.
Luego, procesos burocráticos sensatos que, como bien afirmó un productor, tenía que destinar a una persona exclusivamente a que se dedicara al papeleo y me bastó escuchar a la directora de financiamiento ambiental para tener una idea de lo complicado que resulta.
Pero un tema que se dejó de lado y, que parece que no lo terminamos de atajar, es la educación al consumidor. El mercado interno sigue estancado y lo he dicho muchas veces. Uno que otro progreso tangencial, pero no es suficiente. Resulta necesario que el peruano disfrute los tesoros la tierra le da, entienda su valor. Ya lo hicimos con la gastronomía, pero café y cacao siguen rezagados y con muchos pendientes.