Ubicado en un taller de motocicletas, Parada 28 se suma a la movida gastronómica de Surquillo con una propuesta urbana que fusiona street-food, coctelería y un ambiente vibrante para after office y reuniones con estilo.
Ubicado en un taller de motocicletas, Parada 28 se suma a la movida gastronómica de Surquillo con una propuesta urbana que fusiona street-food, coctelería y un ambiente vibrante para after office y reuniones con estilo.

Surquillo continúa consolidándose como el nuevo polo gastronómico de la capital, y a este mapa se suma Parada 28, un restobar urbano-gourmet que aterriza con una propuesta que combina motores, fuego y autenticidad en cada detalle.

Ubicado en el segundo piso de un taller de motocicletas, Parada 28 invita a los limeños a tomar una pausa y “recargar motores” con buena comida, música y ambiente en un espacio con temática pit stop, que celebra la camaradería de las mesas compartidas y la libertad de disfrutar de cada momento.

“Parada 28 une restaurante diario, after office relajado y venue versátil en un punto estratégico. Ofrecemos una cocina creativa y bebidas que rotan a diario, todo respaldado por 21 años de excelencia en catering. Es un lugar al que quieres volver porque ‘todo te parece bien’”, comenta Rosa Amelia Brou, profesional del catering y socia estratégica de este proyecto de hidden kitchen en Surquillo.

La carta de Parada 28 fusiona la rebeldía de la street-food con la disciplina del catering profesional, con propuestas para desayunos, almuerzos y after office. La coctelería, las tablas compartidas y los platos que cambian según temporada forman parte de esta experiencia que invita a disfrutar sin pretensiones, con sabor y estilo.

Un lugar para la comunidad foodie y motera

En su inauguración, Parada 28 reunió a amigos de la comunidad foodie, motera, prensa gastronómica y social, quienes disfrutaron de un after office con cocteles de autor, bocados gourmet, la música de DJ Kike y la Orquesta de Fallo Muñoz en un ambiente de fiesta relajada.

Con una atmósfera motero-industrial, Parada 28 se convierte en un punto de encuentro para quienes buscan un lugar vibrante entre Surquillo, San Isidro y Miraflores, donde se llega con amigos y se regresa con algunos nuevos.

“Celebramos la libertad de elegir rápido sin renunciar al sabor, la camaradería que nace alrededor de una tabla bien surtida y la autenticidad de un lugar que no pretende impresionar, sino agradar”, enfatiza Brou.

Surquillo suma así un nuevo espacio con personalidad propia para quienes buscan un after office distinto, un almuerzo con identidad o un desayuno para comenzar el día con energía en un ambiente donde el pulso de la ciudad se encuentra con el sabor.