Lima se convertirá en 2022 en la capital americana del cacao y el chocolate, tal como anunció la organización del XIII Salón de Cacao y Chocolate peruano que se realizará en julio. Sí, la novedad es la expansión de los límites geográficos y de mercado, incluyendo alianzas estratégicas con naciones productoras como Brasil, Ecuador, México, Colombia, Bolivia, Venezuela, Honduras y Costa Rica. La consigna es clara, nos aliamos y trabajamos coordinadamente o seguiremos perdiendo espacio y mercado frente al grano africano que ostenta el 77% de la producción mundial, según cifras de la Organización Mundial del Cacao – ICOO por sus siglas en inglés -. Para que el lector se haga una idea, si sumamos la producción de todos los países de América Latina y El Caribe, apenas alcanzamos un 17%, sin contar que países de Asia y Oceanía van en aumento. Para completar el panorama, naciones como Perú muestran una tendencia a la baja, como señala el Commodities de Minagri de 2021, aunque sí apunta a una mejora en los precios.
¿qué se quiere lograr?
La estrategia es abrirle espacios de negocios a los granos de mejor calidad que van a la competencia nacional, ubicándolos en ruedas de negocios y contiendas internacionales. Además, se busca que nos visiten fabricantes de chocolate, algunos con más tradición que otra, porque una realidad es que los mayores consumidores de chocolate son los países escandinavos, Suiza, Estados Unidos, Bélgica y Japón, pero ninguno de ellos es productor.
Por ejemplo, Perú apenas alcanza el consumo per cápita de 700 gramos al año, según Minagri y aunque la intención es doblar la cifra, no es tan sencillo y tomará su tiempo. Se preguntarán y qué tanto consumen los países mencionados, por ejemplo, Suiza está por encima de los 10kg.
Otra buena nueva es que Suiza será el invitado, lo cual, si somos listos, aprovecharemos al máximo porque tienen la tecnología y la tradición para ayudarnos a mejorar nuestro chocolate, señalarnos las condiciones idóneas para el cacao que exportamos y entender mejor el mercado, especialmente al consumidor y sus gustos.
Los países americanos tenemos grandes ventajas para plantarnos con fuerza en el mercado internacional. Para empezar, la calidad de nuestro cacao es extraordinaria, consecuencia de una genética fuerte, ofrece granos para la chocolatería fina de condiciones organolépticas extraordinarias, certificaciones orgánicas, numerosos casos de comercio justo, no incurrimos en prácticas de explotación o esclavitud infantil, solo por mencionar algunos puntos. Todo está servido, tenemos una historia común, afinidades culturales y hablamos el mismo idioma, porque para entender portugués basta que hablen despacio y prestar atención. Pero atomizados no lograremos nada, la competencia no es entre nosotros está al otro lado del Atlántico.
Fuertes las palmas por la iniciativa peruana de convocar a la unión y establecer alianzas en un sector donde contamos con un fruto extraordinario, porque las partidas de nacimiento del cacao y el chocolate son americanas.